Opinión

Responso por una ballena muerta

Por: Procopio 05 de Abril 2019

A estas alturas ya deberíamos habernos dado por enterados que el mar está en peligro, el más grande de los basureros del planeta, que hasta aquí había logrado salir más o menos bien parado, porque éramos menos y, en consecuencia, tirábamos menos basura, pero ahora somos muchos más y la basura que le arrojamos tiene la pésima característica de no degradarse, permanece allí acumulándose, con el agravante que la mayoría de las veces no la vemos y, por tanto, optamos por hacernos los ciegos, además de sordos y mudos.

Los animales marinos si la ven y aquella masa plástica es confundida con algas y, en general, asuntos aptos para crecer y multiplicarse. Las grandes tragedias, tal vez, por eso mismo, por lo masivas, terminan por anular nuestra capacidad de compasión, por su misma sobrecogedora e intolerable magnitud, pero una pequeña e individual tragedia representativa de esta contaminación del mar, si es difícil de dejar a un lado.

En Cerdeña ha varado una ballena muerta, una nueva víctima en el océano, en esta ocasión, la tragedia es doble, ya que le han encontrado veinte kilos de plástico en su estómago y el feto de su hijo fallecido, y en avanzado estado de descomposición. El animal habría consumido hasta 22 kilogramos de materiales plásticos, desde platos a sedales, redes de pesca, bolsas, residuos suficientes como para ocupar hasta dos tercios del estómago de la ballena, haciendo imposible la digestión de los calamares de los que se alimentaba; provocando así su muerte.

Conversemos este cuento en la casa, pero en serio, es una señal demasiado clara como para seguir creyendo que no nos toca.

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