Opinión

Una idea que no se puede quedar bajo la alfombra

Se cumplió el plazo, muy tentativo, de cuando podría haberse concretado la “Ley Guga”. Pero más que pasar la cuenta a alguien, es momento de meter ruido. Que nadie se olvide de esta necesidad.

Por: Paulo Inostroza 25 de Marzo 2019
Fotografía: Raphael Sierra P.

Hace nueve meses estuve en la casa de “Guga”. Conocí su patio, su perro, sus repisas con trofeos y a su mamá que es la menos mediática de la familia. Y tuve tiempo para ganarme la confianza de Gustavo, aunque no sé si llegué a tanto como eso. Él es un cabro muy de su gente. Que confía mucho en sus cercanos, amigos y familia, y mucho en sí mismo. En esa conversación más suelta, pude notar algunos detalles. Uno de ellos: no se mueve por la plata y le carga pedir favores.

¿A qué viene todo esto? Primero, a que, en lo propio, Gustavo siente que su rehabilitación es cosa suya, que está en sus manos y en la obediencia a los kinesiólogos. Que ya logró, en tiempo récord, desplazarse y hacer una vida más normal por sí mismo. Para no sentir que molesta. Y por eso no habla mucho de la ley que llevaría su nombre. Porque no quiere mendigar como favor algo que a todas luces es una necesidad. Porque no quiere que parezca que es para él, cuando le interesa más por los que puedan venir. Para “Guga”, de alguna forma, lo suyo es problema suyo, pero le interesa que desde su desgracia salga algo positivo.

Y en estos días hablé mucho con su papá, también llamé a “Guga”. Marzo 2019 fue el plazo que esperaba la ministra Kantor para que se concretara esta ley que beneficie a los deportistas en caso de accidentes catastróficos. Ninguno de la familia sabe en qué está la ley, pero en vez de hablar mal de alguien, siempre mencionaron las gracias a quienes sí han estado presentes. Son gente más de esperanzas que de rencores. Lo único que piden es que este tema no quede guardado bajo la alfombra. Porque a la hora de votar, hay cosas que para los honorables probablemente son mucho más importantes. Al menos, hasta que caiga otro “Guga” y sea conveniente tomar su nombre.

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