Un estudio sobre “Reinserción, desistimiento y reincidencia en mujeres privadas de libertad en Chile”, elaborado por el Centro de Justicia y Sociedad del Instituto de Sociología de la Universidad Católica, Fundación San Carlos de Maipo y Fundación Colunga, dio a conocer una dura realidad en términos de inserción social postpenitenciarias en la población femenina.
No obstante, los esfuerzos de Gendarmería, es poco lo que se ha avanzado en tener una oferta acorde a las diferentes necesidades sociales. Por grande que sean los esfuerzos en lo intrapenitenciario, no da lo mismo si salir en libertad es sinónimo de abandono y falta de oportunidades. El mismo estudio evidencia que el proceso de reinserción es auto gestionado por las mujeres y dependiente de sus redes cercanas.
Los esfuerzos del Estado -y que el conjunto de la sociedad debemos fortalecer- implican generar una oferta que haga sostenible los resultados positivos del paso por el sistema penitenciario.
El modelo de reinserción postpenitenciario actual desconoce las realidades que enfrentan las mujeres, un segmento importante de la población penal que, aunque no es mayoritario (cercano al 10% del total de la población), es probablemente el de mayor impacto en el contexto familiar y en los factores de riesgo del inicio temprano de trayectorias delictivas.
Evidentemente la oferta programática no diferencia algo tan elemental como que el 86% de las mujeres es madre, donde incluso el 62% tiene al menos un menor de edad.
Es cierto, no sólo la exclusión es causa de la delincuencia, hay factores personales y familiares.
En consecuencia, cabe preguntarse, si las acciones en favor de una inserción efectiva de la población penal femenina serán capaces de distinguir estas diferencias en sus modelos postpenitenciarios, para no invisibilizar a las mujeres y sus hijos.
Marcelo Sánchez
Gerente General de Fundación San Carlos de Maipo