Opinión

Navidad debajo del Campanil

Por: Procopio 25 de Diciembre 2018

La Navidad está aquí, por un momento al menos afloran los sentimientos mejores, inspirados por una cultura que se remonta al pasado en varios siglos, asociando el nacimiento de Jesús con el despertar a un futuro nuevo , más bueno, más promisorio, un sentimiento tan viejo como indefinible. Si en este mundo escéptico queda una reserva para los sentimientos, es esta la oportunidad más clara para que éstos se hagan presentes.

En nuestra ciudad una de las llamadas más convocantes ha venido desde la Universidad, aquella que está a punto de cumplir cien años con el impulso de sus vecinos y que se ancla en un sector que la ciudadanía reconoce como parte de su patrimonio. Se trataba de escuchar a la Orquesta Sinfónica  y al  Coro Universidad de Concepción,  presentando su ya tradicional concierto de Navidad.

Ha sido un regalo, o más bien un gesto de reconocimiento de esta casa de estudios a la comunidad que la vio nacer y que aún ahora la siente como propia. El ambiente era ya musical antes de la primera nota, para esperar en silencio bajo el Campanil, que se mostraba iluminado, como la descripción de Enrique Molina en 1943; “cortándose sobre los oscuros pinares y en el luminoso raso del firmamento… símbolo universitario por excelencia, signo de rectitud y elevación, columna que difundirá en las almas goce, placidez y serenidad”.

Al terminar, la merecida ovación y la retirada de los asistentes en orden, con el alma en paz, satisfechos de haber estado por unas horas lejos de este mundo. El espíritu del primer rector estaba presente, atrás quedaba ese silencioso testigo, el Campanil, descrito por el rector Molina “el hermoso, blanco y altísimo campanil de la Universidad, como un faro espiritual, como un emblema del benévolo señorío de la cultura universitaria”.

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