Opinión

Lord Thomas Cochrane, conde de Dundonald

Por: Diario Concepción 02 de Diciembre 2018
Fotografía: Diario Concepción

Tomás Alejandro Cochrane, nació el 14 de diciembre de 1775 en Escocia. Hijo de Archivaldo Cochrane, Conde de Dundonald. Terminada su educación y habiendo alcanzado el grado de Teniente, sirve bajo las órdenes del Almirante Británico Lord Kaeith en las guerras contra Francia y España.

Después de una prestigiosa carrera naval, que lo llenó de gloria y prestigio y firmada la Paz de Amiens, Cochrane toma el camino de la política ocupando un puesto en el Parlamento Inglés.  Una serie de problemas personales y malos negocios lo condenan a la pérdida de su empleo y fortuna, lo que trajo como consecuencia migrar en busca de otros destinos, conduciéndolo a Chile contratado por el Gobierno de O’Higgins.

El 28 de noviembre de 1818, a la edad de 43 años, Lord Cochrane arriba a las costas chilenas, siendo designado el 25 de diciembre como el primer Vicealmirante y Comandante en Jefe de la Escuadra. Considerado como uno de los fundadores de la armada chilena y quien le dio más gloria y tradición en el periodo de la Independencia.

Logró importantes victorias, siendo la más recordada la toma de Corral y Valdivia, un hecho sumamente importante militar y políticamente, ya que dicha ciudad era el núcleo de acción para las fuerzas españolas. Desalojados casi completamente los españoles de nuestro territorio, el Gobierno de Chile resolvió llevar a ejecución el gigantesco proyecto de lanzar sobre Perú nuestras armas victoriosas.

La escuadra española se encontraba fondeada en el Callao, estaba compuesta por veintiséis unidades, de las cuales la que más llamó la atención a Cochrane fue la Fragata “Esmeralda”, la que capturó abordándola la noche del 5 de noviembre de 1820.

Terminada su misión en Chile en 1822, se dirige al Brasil apoyando su Independencia como Almirante de la Escuadra, para luego en 1827 apoyar de igual forma la Independencia de Grecia.

En 1830, después de haber sido revisado el proceso que le hizo caer en desgracia en Inglaterra y de habérsele absuelto de toda culpa, fue reincorporado al escalafón de la Marina Británica, restituyéndose la “Orden del Baño” y heredando el título de Conde.

Después de tantas hazañas y cubierto de gloria, falleció en Londres el 31 de octubre de 1860. Hoy una calle del sector céntrico de Concepción recuerda a este valeroso hombre de mar que le confirió a nuestra armada honor y tradición.

Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Investigador del Archivo Histórico de Concepción

Etiquetas