Opinión

Mitología como lección de vida

Por: Procopio 25 de Noviembre 2018

En el Oriente, la flor de loto significa pureza espiritual, una planta acuática que florece en el agua, no siempre pura, a veces en medio del barro, pero igualmente impoluta. En el simbolismo budista, esta  flor es la pureza del cuerpo y del alma. El agua lodosa que acoge la planta está asociada con lo material y los deseos carnales  y los bajos instintos, mientras  la flor inmaculada que florece en el agua en busca de la luz como una  promesa de pureza y elevación espiritual.

Simbólicamente, se asocia con la figura de Buda y con sus enseñanzas y, por eso, son flores sagradas para los pueblos de Oriente. Según la  leyenda que cuando el niño Buda dio los primeros pasos, en todos los lugares que pisó, florecieron flores de loto, de ahí que en las religiones de Asia, la mayor parte de las divinidades están meditando  sentadas sobre una de esas flores, lejos de este mundo, alejando el dolor y las preocupaciones de todos los días

Para los griegos tenía el loto otra connotación, más asociada a la separación y el olvido, en su mitología, los lotófago, como su nombre indica, comían plantas y flores de loto, con efectos narcóticos, sueños pacíficos, pero al mismo tiempo amnesia.

En la Odisea de Homero, hay un episodio en el que tres hombres son enviados a la isla con el fin de investigar. Sin embargo, por el consumo de las flores de loto, se olvidan que tienen que volver al barco, obligando a Ulises a traerlos amarrados de vuelta, olvidados de sus familias y hogares.

Aun para los no griegos es muy atractivo olvidar, sobre todo cuan do el recuerdo hiere, o escaparse de la realidad cuando esta es dura, pero el loto y similares tiene el elevado precio de olvidarnos también de nosotros mismos, un descuido demasiado caro.

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