Opinión

Unión Europea, divorcio inminente

Por: Diario Concepción 23 de Octubre 2018
Fotografía: Diario Concepción.

Roger Sepúlveda Carrasco
Rector Universidad Santo Tomás
Concepción – Los Ángeles

La Unión Europea (UE) es un proyecto político que hasta hace no mucho podría ser considerado exitoso, muy exitoso, y cómo no si un 7% de la población mundial produce un 25% de la riqueza del globo.

Surgida tras la Segunda Guerra, primero como una confederación de países del carbón y el acero, luego como la Comunidad Económica Europea, hasta llegar a la actual Unión, se fue ampliando de sus 6 miembros originales hasta los presentes 28 Estados.

En consecuencia, la idea de una unión comercial y política fue cuajando de a poco y en distintas etapas, y entre sus logros más importantes se encuentra el fin de las fronteras internas – lo que permitió el libre tránsito de personas y mercancías – y la creación de una moneda común: el Euro, entre otros importantes avances.

Sin embargo, actualmente, los vientos parecen estar cambiando. Hoy la Unión Europea se ve amenazada por una serie de problemas, tanto internos como externos: el terrorismo islamista, el auge de los nacionalismos locales, los problemas de inmigración ilegal y la consecuente crisis de refugiados provenientes principalmente desde el Norte de África, el ascenso de la ultraderecha en distintos países, así como la intención del Reino Unido de abandonar la UE (el conocido “Brexit”), son algunos de los principales desafíos que al día de hoy debe enfrentar con urgencia.

En la actualidad el problema más inminente parece ser la salida del Reino Unido de la Unión y el divorcio entre ambos no está nada siendo fácil, pues aún no consiguen resolver los flecos de dicha separación: qué pasará con la frontera entre la República Irlanda e Irlanda del Norte, o bien con los ciudadanos europeos que viven en Reino Unido y viceversa, son cuestiones fundamentales aún por ver como se resuelven en la práctica.

El problema es que se acaba el tiempo para negociar y el peor escenario -como si de una familia se tratara – es un divorcio sin acuerdo alguno. Justamente, esta semana se acaban de reunir para tratar el primer asunto sin poder conseguir ningún  avance concreto.

Los críticos argumentan que la UE se ha transformado en un monstruo hiper burocratizado que se ha olvidado de la gente a la que está destinada a servir, que todo lo importante pasa por Bruselas, y que los Estados han perdido su autonomía y capacidad para decidir en asuntos fundamentales.

Para Chile la UE es mucho más que solo un compañero de negocios. La Unión Europea siempre ha sido un referente importante para nosotros, no sólo como ejemplo progreso económico y de integración, sino como referente en cuestiones de defensa de la libertad, la democracia y el desarrollo sostenible, por ejemplo. Todo ello, después de siglos de enfrentamientos y múltiples guerras. La lección parece aprendida: mejor juntos que separados.

Es de esperar que en este mundo en bloques y globalizado, la UE sepa resolver sus problemas y diferencias, para seguir siendo lo que es y lo que debe ser: un importante socio comercial que aporta cultura, conocimiento e innovación en un marco de respeto, tolerancia y pluralismo.

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