Por estos días hemos seguido con atención el debate por la propuesta de presupuesto y monto que el nivel central envió al Parlamento para la discusión de la Ley de Presupuesto 2019 Región del Bío Bío.
Se ha centrado el foco en el Fondo Nacional de Desarrollo Regional, más conocido por sus siglas, Fndr, que es un programa de inversiones públicas, con fines de compensación y desarrollo territorial, destinado al financiamiento de acciones en los distintos ámbitos de infraestructura social y económica de la región. El objetivo es lograr un desarrollo territorial armónico y equitativo.
Si bien hoy el Fndr representa aproximadamente un 8% del total que se invierte en región, es decir, de todos los recursos que de nivel central son distribuidos en cada territorio regional, menos del 10% se decide por los respectivos Consejos Regionales, no deja de ser prioritario el fondo del debate. El tema de fondo es potenciar al Gobierno Regional del Bío Bío con una mayor capacidad de recursos y atribuciones para que decida en función de los déficits y necesidades de nuestro territorio, con el conocimiento de las brechas y no en función de los indicadores y parámetros que de nivel central no responden a las demandas ciudadanas.
Por lo tanto, más que hablar de un monto, el que sin duda nos deja en una situación desmejorada y no necesariamente con Ñuble, sí con otras regiones como Araucanía y Maule en que su per cápita es mayor al nuestro, es la oportunidad de enfrentar al centralismo y de crear una verdadera comunidad regional en función del desarrollo y la descentralización. Es el momento de unir las voces de nuestros alcaldes, parlamentarios, consejeros regionales, universidades, sociedad civil y gremios empresariales por construir un país equitativo y para todos, desde regiones. También es la oportunidad de hacer un homenaje póstumo a Don Claudio Lapostol Maruéjouls.
Luciano Parra Provoste
Director de Administración Pública
Universidad San Sebastián