Opinión

Cómo mejorar las cicatrices

Por: Procopio 23 de Septiembre 2018

Es un muy repetido el concepto de que los jarrones rotos no tienen remedio, bastante occidental, los pedazos a la basura, y a otra cosa, a otro jarrón, si se pudiera, con asociaciones con la vida común, amistad que engaña, compañía que decepciona; jarrones rotos.

Hay noticias en contrario, existe un arte japonés en el cual se reparan las fracturas de la cerámica utilizando barniz de resina espolvoreado o mezclado con polvo de oro, plata o platino. Es decir, es el arte de arreglar lo que se ha roto, con un metal precioso que le otorga un valor mayor al que tenía originalmente la pieza. Este arte se llama Kintsugi, que traducido significa algo así como “reparación con oro”. Un objeto destruido, puede transformarse en algo aún más hermoso y valioso, capaz de inspirar sentimientos de admiración.

La segunda vuelta del tornillo es llevar esa idea a la vida cotidiana, por ejemplo, las roturas y heridas de toda vida común y corriente, ninguno de nosotros pasa por este valle de lágrimas sin contusiones o heridas, de todas las metáforas en relación con la vida, la de la cicatriz es una que compartimos de capitán a paje.

Nadie lo ha  planteado con tanta belleza, como los japoneses en el arte kintsugi, de modo casi diametralmente opuesto a la manera occidental de ver la fractura, tanto anímica como material. En lugar de que un objeto roto deje de servir, su función se transforma en otra, una transformación que contiene belleza por un lado y testimonio de creación, por otra. En vez de una experiencia personal de derrota o fracaso, la creatividad  para usar la cicatriz como razón de ser de un cambio para mejor, entender que cada uno de nosotros puede ser reparado y seguir siendo útil, en vez de desechable, darnos un tiempo para mejorar.

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