Opinión

Muchas historias de la historia

Por: Procopio 07 de Septiembre 2018

Con la pérdida de la inocencia se ha perdido una infinitud de otras cosas, para peor, cosas que eran importantes y daban sentido a la existencia, como pudo haber sido la lamentable desaparición del Viejo de Pascua, quien está siendo rápidamente desplazado por listas de peticiones de los menores quienes, auxiliados por frondosos catálogos que se despliegan tentadoramente en la red, proceden a indicarnos lo que es indispensable tener para pasar una Navidad como la gente.

Otra pérdidas son menos coyunturales, ponen en entredicho bastante de lo que ha sido nuestra concepción del mundo y sus alrededores, como sucede con la relativización de la Historia, al principio, cuando éramos jóvenes e indocumentados la historia era el catecismo, una relación fidedigna de cómo fueron las cosas. Ahora, resulta que las historias son tantas como los historiadores y que la historia la escriben los ganadores, que puede ser un instrumento mañoso para establecer y blindar ideologías discutibles, que se puede maquillar, que se puede arrojar sobre ella convenientes y deliberados mantos de olvido.

No ha de ser, sin embargo, un asunto nuevo, debe coincidir con la invención de la escritura. Mucho más tarde, Miguel de Cervantes, al retomar la aventura del Quijote contra el vizcaíno, en el capítulo noveno, advierte del compromiso de ser fiel a la verdad “habiendo y debiendo ser los historiadores puntuales, verdaderos y no nada apasionados, y que ni el interés ni el miedo, el rencor ni la afición, les haga torcer del camino de la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo porvenir”, difícil saber si falta algo, lo insoportable de Cervantes es que no hay modo mejor de decirlo.

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