Alonso Cantuarias
Gerente general Sergio Escobar
En 2002, el Parlamento aumentó la velocidad máxima para transitar por vías urbanas contraviniendo una tendencia mundial de reducir esta cifra. Entonces, Chile era el único país miembro de la OCDE que no se ajustaba a los estándares internacionales de seguridad. Sin embargo, ante la discusión en el Congreso de la Ley de Convivencia Vial, el “piso” para iniciar el debate fue la reducción de la velocidad máxima desde 60 a 50 kilómetros por hora.
Existen variados argumentos a favor de esta moción que influyeron en su aprobación. Esencialmente, la disminución en un 30% la fatalidad de ciclistas y peatones involucrados en accidentes de tránsito y hacer frente a sus principales causas: niveles de aceleración imprudente y pérdida de control del vehículo que incluso son mayores al consumo de alcohol como gatillante del incidente.
Por ello, las evidencias son claras que se debe propender a la prevención y el manejo seguro. Al reducir en 10 km/hora la velocidad del automóvil se ha comprobado que la distancia de detención también disminuye desde 23 metros (a 60km/hora) hasta los 35 metros, es decir, un margen de maniobra y detención mayor ante situaciones límite.
Asimismo, los beneficios de reducir la velocidad de manejo no sólo se ven reflejados en la seguridad para las personas, sino también en los vehículos. Entre estos se pueden mencionar el ahorro de combustible, en especial al mantener una aceleración constante y bajas revoluciones, junto con un menor desgaste de los accesorios de mayor exposición como neumáticos, frenos y embrague. En especial, aquellos modelos nuevos que incluyen más y mejor tecnología para incrementar la eficiencia en la conducción, dotando esta experiencia de mayor seguridad y cuidado del automóvil.
A todas luces, esta nueva normativa viene a llamar la atención respecto de la responsabilidad civil que tenemos como conductores, de nuestra relación con ciclistas y peatones, de la utilización de otras medidas para evitar accidentes como el uso del cinturón de seguridad, las luces durante trayectos diurnos y una conducción que garantice menos accidentes junto con una mejor experiencia de conducción y transporte para todos en la ciudad.