Opinión

El Mundial de Modric

Por: Diario Concepción 17 de Julio 2018
Fotografía: Cedida

RICARDO GONZÁLEZ FERRADA
Psicólogo, magister en psicología de la actividad física y del deporte
Universidad Autónoma de Madrid.
Psicólogo Deportivo del Club Deportivo Universidad de Concepción.

“Hay altibajos, pero pase lo que pase, tienes que confiar y creer en ti mismo, hay que luchar por realizar tus sueños y luchar por el éxito; eso es lo que me motiva en este punto de mi vida” aseguraba Luka Modric, el medio centro y símbolo del equipo Croata, elegido como el mejor jugador del mundial, en rueda de prensa previa a la gran final de la copa del Mundo contra Francia. Su mensaje es un fiel reflejo de la autodeterminación del capitán croata, quien además tuvo como cualidad mezclar dos estilos de liderazgos en este última Copa del Mundo: el liderazgo de Tarea y el liderazgo Social.

En cuanto al liderazgo de tarea resalta su rol como figura imprescindible dentro de su equipo, sumando a su talento un espíritu de sacrificio innegable, siendo hasta la última jornada, el futbolista con mayor kilómetros recorridos dentro del campo: 72,3 km, recuperando 56 balones, repartiendo 484 pases y con un total de 694 minutos en cancha, recorriendo 104 mts por minuto durante este mundial.

Como líder social, sus compañeros lo describen como un tipo cercano, muy positivo, siempre preocupado por el bien común. Su entrenador Zlatko Dalic en declaración a la prensa señaló que “nunca va a poner sus intereses personales por encima del equipo, todo lo que hace es a favor de éste”. Aitor Karanka, cuando coincidió con Luka en el Real Madrid, lo describió como “un líder silencioso, que trata a todo el mundo por igual, ya fuera a Mourinho o al utilero”. Su compañero y complemento en el medio terreno de Croacia, Iván Rakitic lo destaca en que “nunca va a decir nada fuera de lugar, ni le va a poner una mala cara a un compañero, te habla bien, es cercano y da siempre el ejemplo, tanto en el campo como en la concentración”.

Su autoconfianza y resiliencia, entendida como la capacidad de hacer frente y derribar la adversidad pese a circunstancias adversas, son su mejor escudo ante cualquier obstáculo o desafío. Ejemplo de ello es que logró sobrevivir al salvajismo de la guerra de los Balcanes, la misma que se llevo a su abuelo y que lo hizo verse obligado a tener que escapar junto a su familia cuando tenía tan solo 6 años, a una isla cercana a su pueblo. “Todo esto me ha influido en mi vida y me ha marcado. El pasado es eso, pasado. No me gusta hablar ni quiero recordarlo, solo me interesa mirar hacia el futuro”.

Modric jamás se dejó ganar por el derrotismo ni el revanchismo; respecto de aquella ocasión en la que fue expulsado por su estatura y físico cuando jugaba por el Hajduk Split señaló en una entrevista: “No hay nada que les pueda decir a los que no confiaron en mí, siempre he respetado las palabras y las expectativas de la gente, incluso cuando me decían que no esperaban de mí un gran futuro como futbolista. Esas críticas me ayudaron, fueron una gran motivación. Yo nunca dudé de mí mismo”.

En palabras del propio Luka, al terminar la última copa del mundo, la mismo que lo consagro como el mejor jugador de todos “Me gustaría agradecer a todos mis compañeros, porque sin ellos nada hubiese sido posible. Podemos estar orgullosos de lo que hemos conseguido. Dimos lo mejor de nosotros”. Ese es Luka, el líder de esta Croacia que conquistó el corazón de millones de aficionados al fútbol, demostrando que independiente del tamaño del país o del jugador, cuando se tienen grandes sueños, el trabajar con ambición y convicción puede derribar cualquier obstáculo o cualquier imposible, fue así en su vida y también lo demostró en este mundial que también fue del “mala zemlja, veliki snovi (“pequeño país, grandes sueños”).

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