Opinión

El delicado arte de sacar al vuelta

Por: En el Tintero 15 de Julio 2018

Cuando, por alguna afortunada coincidencia, se ubican en el calendario días feriados en lugares estratégicos de la semana, dejando, en medio de los días marcados de rojo, un día de color negro o azul, se produce un sándwich, es decir el celebérrimo fin de semana largo a ser utilizado sin rubor, sin complejo de culpa, a pesar de los fúnebres comentarios de los economistas que, mediante formulas secretas y arcanas, calculan lo que el país deja de ganar con esos días sin actividad laboral, cifras que nadie entiende y que terminan por dejarse a un lado, como si fueran una muestra más de parloteo insustancial y meramente teórico.

Además, existe abundante evidencia que en esto de sacar la vuelta no estamos solos, la cultura madre de la nuestra, la romana, junto con los herederos directos hispánicos, ha dejado testimonio suficiente en esta materia como para que, en comparación, todo lo que estamos haciendo sea un juego de niños, en el imperio romano pasaba de todo y siempre fue necesario agregar otras festividades. Sin considerar las numerosas oportunidades que por motivos de triunfo de las legiones en algún sector remoto del imperio, o elecciones importantes, durante las cuales los candidatos financiaban algunos espectáculos para hacerse querer, un cuadro preocupante ya que tanto festival, circo, carreras, teatro, que era como para destruir a cualquiera.

Chile, los romanos de Sudamérica, postulan la creación de fines de semana largos, moviendo algunos eventos conmemorativos para el San Lunes, santo de transversal popularidad, una semana de festejo patrio, más días perdidos para Pascua y Año Nuevo y febrero un mes de vida letárgica. Puede que esté bien, lo que falta solamente es hacer más útiles los días útiles restantes.

Procopio 

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