Opinión

Valoremos lo avanzado

Por: Diario Concepción 28 de Junio 2018
Fotografía: Diario Concepción.

Danny Monsálvez Araneda
@monsalvezaraned

Toda negociación requiere generalmente de dos cosas, en primer lugar ceder determinados aspectos en aras de un objetivo mayor, y el segundo elemento dice relación con el realismo político; es decir, no aquello que quiero obtener a como dé lugar, sino lo que es posible de alcanzar en determinadas condiciones. Por ello, sentarse a negociar ciertos problemas, implica asumir la responsabilidad y sobre todo la madurez para obtener determinas cuestiones (conquistas y demandas) de tipo coyuntural o inmediatas y dejar otras para un trabajo de más largo plazo, ya que requieren mayor tiempo y trabajo.

Sin embargo, cuando se plantea un escenario en el cual se cambian sorpresivamente las reglas de conversación, aparecen nuevos requerimientos y exigencias, incluso se apuesta al “todo o nada”, parece ser que lo que se persigue es tensionar y presionar el diálogo y ver hasta donde se puede llegar; por lo tanto las conversaciones como ejercicio básico de reconocer al otro como un igual, queda supeditado a un mero formalismo, con un carácter instrumental, en el fondo interesa cuánto puedo obtener en un determinado momento y si el escenario no me gusta y no es favorable, entonces modifico las reglas del juego.

A partir de lo anterior, la Rectoría del profesor Carlos Saavedra, la cual lleva algo más de un mes de instalación se ha hecho cargo de un problema que lleva décadas, no sólo en la Universidad, sino a nivel de sociedad. En esa perspectiva, reforzó por ejemplo la Dirección de Equidad de Género y Diversidad, colocando al frente a dos destacadas académicas; asimismo, fortaleció (asesoró) dicha área con otras importantes docentes. En ese sentido, nadie podría decir que aquel espacio no cuenta con profesoras e investigadoras conocedoras del tema del feminismo o género; todo lo contrario, es un lujo para la institución contar con personas expertas en al área.

Pero no es todo, el propio Rector, de manera personal y en una apuesta que puede considerarse por algunos como riesgosa, ha buscado establecer puentes, nexos y espacios para la resolución concreta de problemas. En otras palabras, la actual Rectoría no ha evadido al tema, menos lo ha burocratizado, todo lo contrario ha intentado, entendiendo los tiempos y dinámicas institucionales, buscar solucionar de la mejor forma posible los problemas.

Por eso no es bueno o positivo “patear la mesa” cuando se busca avanzar en acuerdos o consensos, por mínimos, básicos o incipientes que estos sean, más aun, cuando desde una de las parte se han dado muestras concretas para la resolución de un conflicto.

En consecuencia, así como se reconoce públicamente la demanda de las mujeres autoconvocadas, cabe también valorar y apreciar el esfuerzo institucional que se ha impulsado en este corto tiempo. No desmerezcamos aquello.

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