Jorge Porter Taschkewitz
Ingeniero Comercial UdeC
Desde hace bastante tiempo, diversos organismos internacionales han sugerido y entregado numerosas recomendaciones para mejorar la calidad de los trabajos, la productividad, aumentar el crecimiento económico, así como la forma de mejorar en sectores específicos.
Sabemos que nuestra burocracia es aplastante, que nuestros procesos son engorrosos y elípticos como somos nosotros que pocas veces decimos las cosas directamente. Nos demoramos mucho en tomar decisiones que van en beneficio de la mayoría de los chilenos. Hacemos tremendos esfuerzos en estrategias de desarrollo regionales, pero sin objetivos claros, sin responsables y sin definir plazos ni recursos, por lo que dichas estrategias pasan a los anaqueles rápidamente sin que haya un seguimiento profesional.
Este accionar desilusiona y causa la desesperanza de muchos, especialmente quienes viven en la pobreza, y están invisibilizados. Otros chilenos presos de la delincuencia y del narcotráfico. Y así con otros temas que afectan a muchas personas hace años y con pocas soluciones.
Lo que se pone de moda y que, generalmente, es un problema distinto a los crónicos problemas de arrastre captura la atención de la autoridad, de la prensa y de quienes los impulsan en detrimento de la solución de los problemas permanentes. Sin desmerecer que ha habido y habrá problemas que se ponen de moda y que se debe solucionar, no por ello hay que dejar botado o de lado los problemas crónicos.
Se debe gestionar la mejor forma de seguir diagnosticando, solucionando y difundiendo con mayor énfasis los problemas que empiezan a pasar a segundo plano. Rigidez y burocracia son factores a intervenir para que exista más competencia, entradas y salidas ágiles de los sectores y de los mercados. Algo se ha hecho, pero no ha sido suficiente.
La asimetría va desde el trato preferencial centralista a la Región Metropolitana en contra de las regiones y que no ha variado un ápice si se considera lo que se debiera haber avanzado en descentralización. Pasa por la asimetría en la justicia, tema criticado por muchos especialistas, además del lenguaje que se utiliza y que es encapsulado e inentendible para un chileno común.
Terminando con la asimetría en todo sector de la asignación de recursos públicos, donde la priorización razonable brilla por su ausencia la mayoría de las veces. Rigidez, burocracia y asimetría tres serios problemas urgentes a resolver tanto a nivel nacional como regional.