Opinión

La era del emprendimiento

Por: Diario Concepción 16 de Febrero 2018
Fotografía: Diario Concepción

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (2017), en Chile, 1.866.020 personas se encuentran en la categoría de Empleos por cuenta propia, lo que representa un 6.7% de la población del país. Si se compara esta cifra con las cifras de desempleo, calza casi perfectamente, puesto que el índice nacional varía entre un 6 y 7%. Según el INE, la expansión del fenómeno del Emprendimiento es “el principal impulsor de la ocupación en el país”. Y se entiende el por qué al analizar estas cifras.

A esto se suma que, en contraposición, los empleos formales han dejado de crecer en el país. ¿Cómo se traduce esto? En palabras simples, no hay tal cantidad de empresas capaces de ofrecer empleo a todos los ciudadanos. De ser así, el país se encontraría en “pleno empleo”, algo prácticamente imposible; Qatar es el país que mayor tasa de ocupación tiene, con un 87.5%. Esta cifra, no obstante, habla de la población específica entre 15 y 64 años, por lo tanto, su tasa de desempleo es apenas 0.3%. Su antítesis sería España, país que luego de alcanzar un 26.6% de desempleo en 2013, alcanza en 2018 un 17.1%.

El Estado, específicamente el Ministerio de Economía (MINECON), es consciente de este fenómeno. Comprende que no se puede financiar el levantamiento de empresas estatales que aseguren más plazas de empleo ni pueden obligar a inversionistas a establecerse en el país. Entonces, la solución es una sola: crear programas de apoyo al Emprendimiento. Así nace Corfo, una agencia del Gobierno de Chile, dependiente del MINECON, a cargo de apoyar tanto al emprendimiento como la innovación y la competitividad del país junto con fortalecer el capital humano y las capacidades tecnológicas. ¿Problema resuelto? Por supuesto que no.

También faltaban oficinas que se encargaran de enseñarle al Emprendedor cómo postular a los fondos de Corfo para que sus proyectos pudieran concretarse. Aparecieron entonces las Incubadoras de Negocios. Pero además era necesario que los Emprendedores pudieran trabajar en una oficina adecuada, para desarrollar su proyecto, con todo lo que una oficina necesita (espacios, servicios básicos, conexión a Internet, etc.).

Así nacieron los Coworks. Y luego, también, híbridos entre ambos. El Gobierno, preocupado no sólo por disminuir la tasa de desempleo sino además de elevar el estándar de Emprendimiento, entregó a estos espacios la misión de educar, apoyar e incluso patrocinar a los Emprendedores, dándoles fondos para poder llevar a cabo esta misión y así subsistir. Es por ello que es conveniente para estos espacios que un Emprendedor logre adjudicarse un determinado fondo bajo su patrocinio, se traduce en recursos frescos. Una simbiosis económica.

Pero no sólo se requiere tener una entidad estatal preocupada por este aspecto, ni un “ecosistema” de incubadoras de negocios, coworks y oficinas destinadas a apoyar al Emprendedor, también se requiere una guía menos compleja y con más sentido lógico para apoyar a quien desee Emprender.

El gobierno entrante tiene la responsabilidad y el deber no sólo de ofrecer fondos concursables que ayuden al Emprendedor, sino también de poner el tema en la agenda y tratarlo con la seriedad que merece. De lo contrario, seguiremos teniendo alzas en la creación de empresas, pero que no logran sobrevivir 5 años.

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