Opinión

Valiosas mujeres en la ciencia

Por: Diario Concepción 11 de Febrero 2018
Fotografía: Diario Concepción

Por: Roger Sepúlveda Carrasco
Rector Universidad Santo Tomás
Concepción- Los Ángeles

En los últimos días hemos conocido la historia de María Inés Barría, microbióloga de sólo 40 años graduada de la Universidad de Chile y con un postdoctorado en Pittsburg, quien desarrolló la primera vacuna terapéutica, con 100% de posibilidades de salvar a un enfermo de hanta virus. Pese a que ella asegura que hasta hoy, las autoridades de Salud de Chile no han manifestado interés concreto en su descubrimiento, muchos vimos en su ejemplo un modelo de esfuerzo y tesón, digno de seguir o a transmitir a nuestros jóvenes, mujeres y especialmente a nuestras niñas.

Como María Inés, en Chile hay muchas que desde distintos frentes abren caminos, generan soluciones, se desarrollan íntegramente y son felices en distintos trabajos. Ellas deben enfrentar más obstáculos, eso sí, y las hace más resilientes. Efectivamente aún son las que asumen la mayor parte de la responsabilidad de la crianza, pero ante esto, sólo serán las políticas reales de conciliación de la vida profesional con la familiar las que podrían terminar con esta realidad.

Estudios realizados en 14 países señalan que las estudiantes que terminen una licenciatura, una maestría y un doctorado llegan a un 18%, 8% y un 2%, mientras en los hombres es de un 37%, 18% y 6%, cifras que desafortunadamente siguen indicando que los esfuerzos no han sido suficientes.

Y en este sentido la Asamblea de las Naciones Unidas decide proclamar el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con el objetivo de visualizar esta brecha y motivar a que cada día más mujeres tengan mejores oportunidades de mostrar sus innovadoras contribuciones.

Empoderarlas en la enseñanza básica, media y superior abriéndoles la posibilidad de estudiar lo que ellas quieran, sin temor a ser investigadoras de ciencia, crear un videojuego, manejar un camión minero o salvar la vida de alguien dirigiendo un pabellón quirúrgico.

Hay que motivarlas desde la primera infancia. Abrir sus ojos al mundo de los libros, darles un ambiente propicio para emprender y asumir riesgos, eliminar los prejuicios que las ligan sólo a algunas disciplinas científicas, premisas que emergen ya desde los juegos de infancia. Sin dejar de lado su sensibilidad, que muchos hombres admiramos al momento de tomar decisiones y velar por las personas con una fuerza y amor que sobrepasa fronteras.

Favorablemente las iniciativas de Investigación lideradas por mujeres han ido en aumento y las casas de estudios superiores tenemos el deber de destacar el trabajo de sus futuras profesionales y poner en evidencia sus logros. Por qué no soñar en nuestra propia Marie Curie (1867-1934) quien desde la química y la física dedicó su vida entera a estudiar la radioactividad, transformándose la primera persona en conseguir dos premios Nobel, para los cuales literalmente dio su vida.

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