Opinión

No se oye padre

Por: Diario Concepción 13 de Enero 2018
Fotografía: Diario Concepción

Por: Jorge Porter Taschkewitz
Ingeniero Comercial UdeC

El nivel de desconfianza que las personas tenemos hacia la mayoría de los servidores públicos y organizaciones políticas es tremendo, y lo que más llama la atención es que no se ve acciones destinadas a cambiar esta tendencia.

Los partidos políticos han reinscrito a sus seguidores pero no han dado claridad sobre los principios y valores que proponen a los chilenos, qué sistema filosófico, político, económico y social profesan y promueven. Tampoco han definido cuál es el Chile del futuro que sueñan para todos los habitantes de este territorio.

La izquierda, hace pocos años (1989), vio desaparecer el sistema que promovió por decenas de años y que llegó a aplicarse en muchos países, pero sin éxito. Hoy, ese modelo se aplica en pocas partes del mundo con resultados desastrosos, manteniéndose por la violencia.

En los últimos años han tratado de imponer, con muchos eslóganes, otros modelos como la tercera vía, que se disolvió rápidamente y hoy han abrazado el progresismo. Incluso había un partido Progresista que tuvo magros resultados electorales y tuvo que fusionarse con otro partido político de mal resultado electoral para seguir vigente con otro nombre.

Hay colusiones y fusiones entre partidos políticos, lo mismo que se critica y castiga severamente a las empresas comerciales por productos y precios, hoy lo hace la clase política descaradamente con sus principios, valores y objetivos.

En varias oportunidades, he propuesto iniciar el mejoramiento de la calidad de la política en Chile asimilando el Informe Nolan del Reino Unido, que es lo más parecido a un sistema de gestión de calidad de la política y exigiendo la aplicación de principios básicos de valores y virtudes.

Que cada partido político, para toda elección en que participe, resalte sus principios y valores, proponga un programa con soluciones cuantificadas de los problemas de las comunas, regiones y del país. De esta forma, todos sabemos qué realmente proponen esos partidos.

En el caso de una segunda vuelta para dirimir un ganador no habrá transacciones para “comprar” apoyo y votos. Quienes no pasaron a la segunda vuelta adherirán si quieren, a partidos, programas y objetivos ya definidos para la primera vuelta.

Se debe terminar con formas de actuar que aumentan la desconfianza, el trabajo mal hecho, el mal uso de recursos y el aprovechamiento de unos pocos que toman el Estado como botín de guerra.

Debemos convencernos que son más las cosas que nos unen, que las que nos dividen a nivel de los chilenos y que es distinto a lo que opina la élite. Aprovechemos esa sinergia de la mayoría de los chilenos y saquemos a este país de la pobreza, la mediocridad y llevemos a nuestra región a un futuro moderno y con mejor calidad de vida para todos.

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