Opinión

No siempre es malo quedarse dormido

Por: Procopio 20 de Diciembre 2017

Si por aquellos años  hubieran estado operativas las redes sociales, el poeta de la edad de oro de las letras españolas, Pedro Calderón de la Barca, estaría merecidamente preso, acusado de promover conductas de extrema peligrosidad en la juventud, sus versos inmortales, mirados con la óptica actual, contienen mensajes ambiguos; “¿Qué es la vida? Una ilusión,/una sombra, una ficción,/y el mayor bien es pequeño:/que toda la vida es sueño,/y los sueños, sueños son.”

En la actualidad las cosas están harto más claras, con el aporte incesante de la investigación y el desarrollo exponencial de la neurociencia, el sueño no es lo que sucede cuando dejamos de estar despiertos, sino una instancia indispensable en nuestra fisiología, es la entrada cotidiana a taller, es el momento de crecer, de reparar, una pausa para que todos nuestros sistemas se pongan a punto para las próximas horas de vigilia, si no se duerme bien la sufrida maquinaria del cuerpo lleva las de perder.

El tema es ahora la higiene del sueño, sobre todo para los jóvenes cuyos hábitos contemporáneos en este asunto dejan mucho que s desear, el resultado puede ser  trastornos del ánimo, aumento de peso y problemas de aprendizaje como parte de consecuencias probadas  de los trasnoches, cuyo origen estaría en el uso de aparatos electrónicos y el abuso de alcohol.

Efectivamente, el consabido ritual, descrito livianamente como copete, o sea  consumo  alcohol etílico en cantidades asombrosas, presente en las fiestas de los adolescentes, termina provocando problemas en el sueño de los jóvenes.

Dicho lo cual, los no tan jóvenes deben darse por aludidos, ya que su comportamiento a veces no es tan  ejemplar y sin embargo andan por ahí criticando la paja en el ojo ajeno.

 

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