Opinión

Utilidad de un mecenas manirroto

Por: Procopio 15 de Diciembre 2017

Los artistas que empiezan, necesitan de quien los afirme, ya que muchos no logran que su trabajo les deje algo para satisfacer las humildes y pedestres necesidades humanas. Hubo de estos benefactores, muchos y famosos, empezando por el romano Mecenas, el soporte de artistas por antonomasia. En la exclusiva lista se puede incluir sin temor a Luodovico el Moro, César Borgia, a pesar de sus otros perfiles por lo menos dudosos, por no decir asesinos y corruptos a niveles asombrosos, hasta para los del Renacimiento, que de aquello si entendían.

Insigne representante de esta categoría de personas es Rodolfo ll de Habsburgo, soberano de Sacro Imperio Romano Germánico, rey de Bohemia y Hungría y Archiduque de Austria, yerno de Carlos V. Nacido en Viena 1552, pasó su adolescencia en el peor sitio para ser adolescente, en la austera, por no decir tétrica, corte de su tío Felipe ll. A los 24 años, en 1576, asume el poder. En su palacio de Praga, empieza la fiesta, recibe a sabios, adivinos, alquimistas, artistas, de los primeros, Tycho Brahe, quien elabora las Tablas Rodolfinas, con el movimiento de los astros, de los últimos, Guiseppe Arcimboldo, quien lo pinta con la cara compuesta por frutas y verduras. Sin embargo y a lo mejor por eso mismo, entra en un profundo estado depresivo en el año 1598.

Su hermanito Matías, siempre voluntario, con emocionante espíritu de servicio, toma el poder en 1606, poniendo fin a los despilfarros de este rey, tildado a estas alturas de loco de atar, en efecto es recluido y así muere, en 1612. Hubo alegría en el pueblo cuando Matías lo libró de ese gobernante enajenado y manirroto, pero para los artistas y los investigadores fue un momento tristísimo, posiblemente porque para estas formas de vivir se requiere un poco de locura.

PROCOPIO

Etiquetas