Opinión

Dificultades de ser siempre inteligente

Por: Procopio 24 de Noviembre 2017

La inteligencia es algo difícil de definir, ya que está construida con demasiados elementos, lo que sí parece estar claro es que es difícil ser inteligente para todo,  usando como ejemplo un sabio en matemáticas, pero torpe en el manejo de sus emociones, inhábil para comprender las necesidades afectivas de su familia, en ese último aspecto le faltan chauchas para el peso. Es sólo una ocurrencia, no hay para qué darse por ofendido.

La mayoría de los genios de verdad son geniales para todo; saben idiomas, tocan el piano, andan a caballo, elevan volantines, cocinan ravioles a las finas hierbas e inventan las cosas más inesperadas, por dar una idea.

Otro buen ejemplo es el caso de Abu Alì Hussein Abdallah Ibn Siná, nacido en Persia el año 980, más conocido como Avicena, o no habría como acordarse. El joven Avicena dio señales tempranas que no era del común de los mortales, a los diez años de edad recitaba el Corán de memoria y fue médico de la corte a los 18, o sea ya había aprendido de sus maestros toda la medicina que había, que por esos lados no era poca.

Lo que entusiasmaba más a nuestro héroe era tener acceso a la biblioteca real, un sueño para un cerebro como esponja, de curiosidad insaciable, en relación a esta última característica, era al mismo tiempo un viajero infatigable, dedicando su vida a cuidar a sus semejantes, lo que no le impidió, o a lo mejor, no era otra cosa que más de lo mismo, dedicarse con asombroso entusiasmo a la buena vida, mujeres y vino, no está claro en qué orden,  comportamiento al cual se alude como explicación a su muerte relativamente temprana a los 58 años. Consuelo para nosotros los no tan dotados. Con todo lo inteligente que parecía ser, le faltaba saber cuándo cortarla.

 

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