Opinión

¿Dónde está el dinero?

Por: Diario Concepción 22 de Julio 2017
Fotografía: Diario Condeza

Por: Jorge Condeza Neuber
@jorgecondezan

Tanto fue el dinero que ganó Chile con el alza del precio del cobre, que entre 2005 y 2010 la deuda pública cayó drásticamente hasta generar ahorros cercanos a 12% del PIB. Prestábamos dinero al mundo.

Es que quiéranlo o no, nuestro desarrollo económico sigue íntimamente ligado al cobre y la inversión minera. La correlación de crecimiento y alza del precio del cobre ha sido casi perfecta. Lo supo Bachelet en su primer gobierno, donde logró crecimientos cercanos al 5,5% el 2006 y 2007. Y lo disfrutó Piñera con el mayor precio promedio del cobre que se tenga memoria, llegando el 2012 a casi 4 dólares por libra.

Poco se entiende entonces, que estemos hablando de un alza desmedida de la deuda pública, de una caída del crecimiento y la inversión, y finalmente de una baja en la nota de riesgo, después de haber tenido los 10 mejores años de precio del cobre e inversión minera.

Existe, desde el año 2009, una clara tendencia al alza de la deuda del Gobierno Central. Ese año la deuda bruta alcanzaba el 5,8% del PIB, el 2013 se terminó en 12,7% y en marzo del 2017 llegamos a 21,5% del PIB, pasando de ser acreedores netos a deudores netos.

Más aún, tenemos un sistema de administración presupuestaria anclado en lo que llaman el Balance estructural, que es una estimación de ingresos y gastos a partir del PIB de tendencia y el precio del cobre en el mediano plazo. Las desviaciones se aceptan, sobre la base de ajustes que se harán posteriormente para llevar el déficit a cero, entendiendo que la economía es dinámica y el precio de los commodities algo volátiles.

¿Cómo ocurrió que, con grandes ingresos del cobre, fuerte crecimiento y regla fiscal, terminamos tan endeudados?

Entre los años 2010 y 2014 los ingresos fiscales cayeron desde un 22,5% a un 20,5% del PIB, manteniéndose luego cerca del 21%. Pero los gastos han crecido desde el bajo 17.1% del PIB del 2006, hasta el altísimo 24% que se pronostica para este año, generándose un déficit fiscal mayor a 3 puntos del PIB, lo que a estas alturas sólo puede ser financiado por deuda pública ya que la carga tributaria fue modificada.

Lo que yo veo en cifras, es una irresponsabilidad fiscal manifiesta de los gobiernos desde el 2010, que en un caso mantuvo gastos teniendo una caída de ingresos y en el otro creyendo tener un aumento de ingresos por la vía tributaria no ajustó el presupuesto a la realidad.

Chile está aún con un nivel bajo de deuda como % de su PIB. Pero la tendencia actual, en que gastamos 10 o 12% más que los ingresos, implica necesariamente un problema para el futuro, no solo por la nota crediticia, sino porque habrá que destinar más recursos al pago de intereses y destinar menos recursos a lo necesario.

Necesitamos urgente un mayor compromiso fiscal y eso debe entenderlo todo el mundo aún con campaña electoral ad portas.

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