Opinión

Luces y sombras de la Revolución Francesa

Por: En el Tintero 13 de Julio 2017

Mañana, 14 de Julio, los franceses celebrarán los 228 años de la toma de la Bastilla, el hito que marcó el inicio de la Revolución Francesa, un proceso que no sólo implicó el fin de la Monarquía Absoluta y el Antiguo Régimen, sino que además detonó una cadena de cambios de paradigmas en la estructura de creencias en Europa y Occidente.

Sin ir más lejos, conceptos como los derechos del hombre y del ciudadano, los derechos humanos, las libertades civiles o incluso la igualdad de los derechos de la mujer, se comenzaron a configurar en ese proceso, con el sustento teórico de los próceres de la Ilustración que los precedieron, como Voltaire, Rousseau, Montesquieu, Diderot y D’Alembert.

Sin embargo, el hito también recuerda el inicio de una etapa dolorosa donde, paradójicamente, la dignidad humana quedó relegada muy por debajo de la defensa de las ideas. Fue el período del Terror, condición que, para Robespierre era indispensable para alcanzar la “virtud” de la vida republicana. En efecto, los líderes revolucionarios no se conformaron con la cabeza de Luis XVI y su esposa, sino que muy pronto comenzaron a ver al enemigo en sus propias filas.

Primero cayeron los girondinos; muy pronto, las disputas internas medraron a los propios Jacobinos, el partido más radical. El carismático Danton, quien se opuso a la carnicería, por prever que terminaría destruyendo a la República y a la Revolución, terminó en la guillotina por gestión de su ex aliado, el inflexible Robespierre. Y es que para “El Incorruptible”, la causa justificaba esos excesos. Así terminaron en la guillotina en un lapso de 2 años, cerca de 40 mil franceses, entre ellos, tal como predijo Danton, el propio Robespierre

Instancia propicia para recordar que las ideas son buenas en la medida de que no vulneren a la propia dignidad humana, que es lo que en teoría las sostiene.

Pigmalión

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