Hay temas sobre los cuales no podemos seguir haciéndonos los lesos. Nuestro país ha avanzado en indicadores económicos y de desarrollo humano, y eso ha generado que aumenten las expectativas de vida. La mejor proyección hoy, indica que al 2050 nuestro país tendrá un 30% de personas mayores de 60 años, superando los 6 millones de personas.
La gente se pregunta cómo vivirá estos años extras, y las autoridades en forma seria deben diseñar políticas que permitan que esa sobrevida tenga una mejor calidad, y no solo hablamos de pensiones, también de salud, vivienda y transporte.
Las pensiones en Chile son malas, salvo la de los regímenes especiales, y se debe comprender que las pensiones autofinanciadas dependen, entre otros factores, de la inserción laboral, de la calidad del empleo y de la continuidad laboral, y nuestra realidad es que muchos de estos elementos atentan contra la posibilidad del ahorro de las personas.
Los que pueden trabajar pasan un 41,2% del tiempo asalariados y 34,4% inactivos (el resto como independiente o desempleado). El sistema previsional tiene una cobertura de solo el 70% y un 50% de la población tiene una densidad de cotizaciones bajo el 40%. La evasión previsional y laboral alcanza el 18% y solo un 0,2% posee un APV. Actualmente la tasa media de reemplazo autofinanciada alcanza el 34% y agregando el pilar solidario (dineros públicos) se llega a un 45%. Comparando nuestros datos con la Ocde, nuestras tasas de reemplazo están entre 11 y 18 puntos por debajo, dependiendo del tramo de densidad de cotizaciones, y la proyección indica que entre el 2025 y 2035 nuestra tasa de reemplazo bajará a un 37,2% incluyendo el pilar solidario implementado el 2008.
Tenemos necesariamente que ir a un sistema mixto, dineros privados y dineros públicos. Y esto requiere soluciones donde una parte sea solidaria, al menos en el corto plazo. Subir al 15% es una buena propuesta, ayudará en 30 años más y mientras eso ocurre, debemos, entre todos, solucionar esto y aportar el 2% a un fondo solidario, e incluso destinarle parte del aporte de los últimos años de trabajo y por cierto, bajar las comisiones de las AFP en forma urgente, así como igualar los sistemas de las fuerzas armadas que hoy cuestan un buen punto del PIB.
Las cifras dan cuenta que tenemos un problema. Y lo lógico, lo sano, lo razonable, es que el problema se solucione, a menos que todos quieran retroceder y ver como sus fondos son manoteados por quienes más vociferan, y en la solución todos debemos aportar ya que tanto individualismo nos hace olvidar que vivimos en comunidad, que somos una Nación y que está en juego el futuro del país. Por último, si se quiere ver solo el aspecto económico, aumentar las pensiones también generará crecimiento económico.