El aporte del segmento femenino a la productividad y economía de nuestro país, de acuerdo al informe final 2016 de la Mesa Técnica de Participación Laboral Femenina de la Comisión de Productividad de Chile (CPC), arroja una serie de datos a considerar. Pese a haber aumentado la participación laboral femenina en 14,6 puntos porcentuales en la última década, seguimos teniendo una brecha relevante.
Al 2014, el 55,7% de las mujeres entre 15 a 64 años participaban en el mercado laboral, mientras que el promedio de la Ocde es de 62,8%, y los países desarrollados como Australia y Nueva Zelandia, tienen una participación laboral femenina de 70% o más (Ocde, 2014).
¿Conclusión? Necesitamos desarrollar la actitud necesaria y llevar al máximo nuestras potencialidades, muchísimas veces nos encontramos anhelando una vida más satisfactoria, en la cual podamos desarrollarnos al máximo como personas; la buena noticia es que es posible lograrlo a través del trabajo, ya sea con un contrato o implementando emprendimientos o proyectos personales.
Aquellas mujeres que se incorporan al mercado laboral luego de haber estado mucho tiempo fuera de él mejoran su autoestima y se sienten capaces de enfrentar nuevos desafíos. Si tu creces como persona, literalmente el país crece también. Por otra parte, el estudio nos demuestra que quienes logran insertarse en el mundo laboral se sienten útiles, valorados y responsables de su propio destino, no teniendo que depender de ayudas de los demás o subsidios de cualquier tipo. Todo esto influye positivamente tanto en la persona como en su entorno familiar.
Hagámonos cargo de la brecha de participación que tenemos como mujeres, para la construcción de un país más desarrollado. Está comprobado que el trabajo se asocia a la posibilidad de obtener ingresos para quien lo realiza y su grupo familiar y además tiene un impacto fundamental en el desarrollo y crecimiento personal, en suma, es un factor que nos ayuda a sentirnos más felices, plenos y autorrealizados.
De esta manera y tal como lo plantea el informe: "Aumentar la participación laboral de las mujeres, de los jóvenes y de los adultos mayores, no sólo es importante para el crecimiento económico del país, sino que también es de una gran Trascendencia Social".
Pero atención, recuerde que trabajo no es sinónimo de contrato; tenemos múltiples opciones para generar ingresos alternativos o que no requieren de nuestra presencia permanente, necesitamos aprender a generarlos en el curso de nuestra vida, para complementar nuestros ingresos y no depender de una única fuente laboral, lo que nos llevará a ser más libres.