Opinión

Roma 64 AC: Nada cambia

Por: Diario Concepción 06 de Mayo 2017
Fotografía: imagen_Principal-263.jpg

El año 64 AC, Marco Tulio Cicerón escribe una carta a su hermano Quinto quien postulaba al cargo de Cónsul Romano, uno de los cargos con mayor poder en esa época.

El hermano menor de Quinto descubrió, ya en esa época, aspectos que no han pasado de moda y que al parecer son parte del éxito de una campaña electoral, como buscar construir una imagen especial, aunque sea solo una simple actuación o rodearse de amigos, ojalá algunos que estén en deuda y otros con expectativas de beneficio futuro, además de esforzarse en convencer a los indecisos y alimentar la esperanza de los más jóvenes, ya que ellos pondrán mucha fuerza en la búsqueda de votos. 

Y para la imagen, hacerse acompañar de una gran multitud, tratar de hacerle algún notorio favor a los enemigos políticos y simular cualidades que no se posee, abriendo las puertas de la casa y del alma aparentando así ser accesible día y noche.

La lista de consejos es larga, pero son notables los capítulos relacionados con las promesas de campaña. Marco Tulio decía: "no puede tener la casa llena de gente quien sólo acepta los compromisos que se ve capaz de adquirir, que el azar ocasiona que vaya bien un asunto con el que no contabas, y, en cambio, que vaya mal otro que creías tener por la mano; por lo tanto, decía, lo último que se debe temer es que se enfade la persona a la que se ha mentido. Las promesas quedan en el aire, no tienen un plazo determinado de tiempo y afectan a un número limitado de gente; por el contrario, las negativas te granjean, indudable e inmediatamente, muchas enemistades".

Y por último, le aconsejaba: "mientras seas candidato, no debes intervenir en ningún asunto de Estado, ni en el Senado, ni en las asambleas populares; es necesario, por lo tanto, que te contengas, para que el Senado crea, a partir de tu conducta, que te vas a erigir en defensor de su autoridad; para que los caballeros romanos y los ciudadanos ricos y bondadosos crean, a partir de la vida que has llevado, que velarás por su descanso y por su tranquilidad; y para que las masas crean, dado que por lo menos en las asambleas y en los tribunales pronunciaste discursos populistas, que no vas a ser contrario a sus intereses".

En cada elección recuerdo esta carta llena de "sabios" consejos, y que muchos de nuestros políticos criollos la utilizan como una biblia a la hora de enfrentar sus propias competencias.

Ya la campaña partió, ya nos llenaremos de acusaciones, ya veremos lobos vestidos de ovejas, a los grandes actores y a los "amigos" parados detrás de las cámaras en cada discurso o aparición pública del candidato. Y sin duda una larga lista de promesas, sin financiamiento, sin soporte técnico y por cierto sin la más mínima probabilidad de cumplirse.

Es lo que la gente quiere escuchar y ver desde hace casi 2100 años.

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