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Cabreado

Por: Diario Concepción 30 de Marzo 2017
Fotografía: imagenPrincipal-5351.jpg

Cabrear, según la Real Academia de la lengua Española (RAE) en Chile significa hastiar, aburrir. Por eso, es más chileno estar cabreado que hastiado, aburrido o un siútico indignado para mostrar la situación que estamos viviendo.

Estoy cabreado de la colusión de los partidos políticos, la mayoría de sus participantes o simpatizantes ya no sabe qué principios tiene cada una de estas instituciones tan mal evaluadas. En privado dicen una cosa y en lo público o votando hacen exactamente lo contrario que habían afirmado. Son la génesis de la desconfianza.

Se preocupan de temas que no son prioridad para la ciudadanía y muy pocas veces presentan programas o proyectos con seriedad, con objetivos claros, difíciles y alcanzables, con metas y plazos, con responsables y con financiamiento estudiado. 

Estoy cabreado de la ineptitud imperante, del bajo lenguaje y mal trato que hay entre personas que desempeñan un rol en la política, pero que piensan distinto. No muestran las bondades de sus propuestas y sólo resaltan lo negativo del otro. 

Estoy cabreado de la tremenda burocracia incrustada en todo, con más de 21.000 leyes y con decenas de miles de decretos, reglamentos y normativa de dudosa calidad en general. 

Estoy cabreado que el terrorismo, la delincuencia y el narcotráfico hagan lo que quieran en este país. Y quienes tienen que defendernos, no lo hacen y sólo presentan querellas, una tras otra, sin hacer ningún seguimiento exigente. Estoy cabreado de una sociedad jerarquizada donde élites ideologizadas invaden todo, amenazando la libertad de las personas y despreciando el excelente trabajo de muchos. Gramsci y su manual de corta palos está siendo aplicado al pie de la letra en Chile: destruir la cultura, crear desconfianza, desprestigiar las instituciones. 

Iluminados mesiánicos tratan de revivir ideas políticas sesenteras fracasadas en el mundo y que sólo subsisten por la fuerza en países donde no existe libertad. Les importa muy poco el pueblo, su educación, su salud y calidad de vida, sólo buscan votos para llegar al poder.

Sigo sugiriendo imponer un sistema de gestión de calidad de la política como el Informe Nolan del Reino Unido y crear el Ombudsman o defensor del pueblo, lo que ayudaría a mejorar la calidad de la política y confianza.

En este año crucial tenemos elecciones, fiscalicemos que nuestros recursos sean bien gestionados por quienes lleguen al gobierno. Quienes postulen a cargos políticos deben describirnos cuál es el Chile de los próximos años que piensan y sueñan. Se nos debe presentar objetivos claros y la forma en que se van a concretar. 

De quienes postulan tenemos derecho a saber cuáles son sus valores, sus principios y creencias. Con toda esa información podemos votar, quien no la entregue no debe ser considerado. Sepamos distinguir quienes realmente son servidores públicos responsables.
 

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