Opinión

Opinión: "La maravilla que nos ha sido regalada", por Fernando Chomali

Fernando Chomali Arzobispo de Concepción

Por: Diario Concepción 20 de Septiembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-2759.jpg

Fernando Chomali
Arzobispo de Concepción

Chile es un país maravilloso. Con luces y sombras, con aciertos y desaciertos, con alegrías y penas, con muchas cosas por mejorar, pero es nuestro país.

Tal vez no es el país que queremos, pero es el país que amamos. Chile es nuestra patria. Me duele que algunos se refieran a Chile como “este país”. No entienden que el país es una oportunidad para dar gracias a Dios y para servirlo, especialmente a los compatriotas más necesidades y no el lugar del que me sirvo y luego critico, denosto o sencillamente abandono.

Chile ha cambiado mucho en estos últimos 40 años. Por cierto. Pero nos seguimos emocionando con la canción nacional y nos seguimos arrimando a la Iglesia que predica la paz, la fraternidad y la justicia.

Chile es un país que tenemos que cuidar. Y cuidarlo significa cuidar a sus habitantes, de modo especial a quienes se sienten postergados en ámbitos tan vitales para la vida de un ser humano como lo es una vivienda digna, una educación gratuita y de calidad, y buenos servicios de salud.

Lograr aquello es tarea de todos, de cada uno de nosotros. Para ello la primera reforma que se requiere es la reforma del corazón. Pasar de la avaricia a la generosidad, de una cultura cleptocrática donde hay signos de corrupción a una cultura de la honradez y del trabajo.

Urge sentar las bases de una sociedad que tenga amor y pasión por el trabajo bien hecho (no se puede decir eso de los departamentos del Mirador del Pacífico en Talcahuano, que habla muy mal de la ética profesional de quienes la diseñaron y construyeron), del valor de la palabra empeñada y de un trato cordial, justo y sincero a la altura de la dignidad inherente a cada ser humano.

Las exigencias éticas que nos debiesen regir es la base de la formación de los jóvenes. Si quienes hemos tenido educación y posibilidades en la vida no les damos ejemplo a los jóvenes se avecina una sociedad anárquica.  Los actos de violencia de los jóvenes en general son la respuesta a la falta de amor, de empatía, de solidaridad y de preocupación por el bien común que nos debiese animar.

Pero estamos a tiempo si descubrimos en la violencia un grito desesperado de auxilio, de justicia, de verdad, de oportunidades. Chile lindo rezaremos por cada uno de tus habitantes con mucha fe. Le pediremos a Dios que nos regale el don de la esperanza y de la fraternidad y que nos abra los ojos para ver la maravilla que Dios nos ha regalado de norte a sur y del mar a la cordillera.

 

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