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Editorial

El plan de los electrocorredores

En el último tiempo la Región del Biobío ha venido experimentando un importante cambio en el sistema de movilidad. La puesta en marcha del Perímetro de Exclusión, obras de conectividad, y la incorporación paulatina de buses, colectivos y taxis eléctricos son la prueba.

Por: Editorial Diario Concepción 08 de Noviembre 2025
Fotografía: Contexto | Isidoro Valenzuela M.

En el último tiempo la Región del Biobío ha venido experimentando un importante cambio en el sistema de movilidad.

La puesta en marcha del Perímetro de Exclusión, obras de conectividad, y la incorporación paulatina de buses, colectivos y taxis eléctricos son la prueba.

Ahora esto podría ir un paso más allá. Con una serie de proyectos impulsados por el Ministerio de Obras Públicas (MOP), en coordinación con Transportes y Telecomunicaciones (MTT), el Gran Concepción se prepara para una transformación estructural de su sistema de transporte público. Se trata de electrocorredores, proyectados para la Ruta 160 —entre San Pedro de la Paz y Coronel—, la Ruta 150 y la Autopista Concepción–Talcahuano (Tramo II), las primeras obras de este tipo desarrolladas fuera de Santiago.

En detalle, el corredor de la Ruta 160 contempla una intervención de 14,6 km, con pistas exclusivas, paraderos de alta capacidad, cruces seguros y obras de drenaje y pavimentación reforzada. El proyecto beneficiará directamente a los servicios que conectan San Pedro, Lomas Coloradas, Boca Sur, Michaihue y Coronel, zonas que hoy concentran los mayores tiempos de desplazamiento del área metropolitana.

Por su parte, el corredor de la Ruta 150 contempla una intervención cercana a los 8 kilómetros, con mejoras en la conectividad entre Penco, Cosmito y el acceso norte de Concepción, incluyendo pistas exclusivas para transporte público, cruces peatonales y paraderos de alta capacidad.

Y aunque convive dentro del mismo proyecto con el corredor de la Ruta 150, el diseño en la Autopista Concepción–Talcahuano (Tramo II) considera otros 8 kilómetros de obras, abarcando sectores estratégicos como Hualpén, el subcentro de Talcahuano y El Trébol. Este eje incorporará andenes segregados, ciclovías, semaforización coordinada, pasos peatonales elevados y obras de paisajismo urbano.

Todas las obras se desarrollarán bajo el modelo de concesión a 30 años, con una inversión global cercana a US$ 250 millones. En el caso de la Ruta 160, la licitación ya cerró la recepción de ofertas técnicas y avanzará hacia la apertura económica durante el primer semestre de 2026.

En paralelo, el correspondiente a la Ruta 150 y la Autopista Concepción–Talcahuano (Tramo II) continúa en evaluación de antecedentes, con adjudicación estimada para ese mismo año. Una vez adjudicadas, las concesionarias dispondrán de 10 meses para elaborar la ingeniería de detalle, por lo que el inicio de obras se proyecta para 2027, con un plazo de ejecución de cuatro años.

El que se concrete este gran plan dará un impulso significativo a la zona, al entender que es un punto del país que ha ido extendiendo sus vías, sus sitios residenciales y cadenas logísticas.

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