Residentes de Chiguayante alertan sobre los peligros que amenazan al ecosistema, instando a medidas urgentes para su protección y conservación.
La protección de la naturaleza es una tarea de todos, que debe comenzar por la propia ciudadanía y el respeto que entregue a diferentes espacios de su entorno, y cuidarlos como si fueran parte de su propio hogar. Lamentablemente, eso en muchas ocasiones no ocurre, por lo que hay que tomar medidas que permitan asegurar su conservación.
En ese sentido, hay un claro ejemplo en Chiguayante. Recientemente, vecinos de la comuna identificaron un humedal a las orillas del río Biobío, un espacio que fue popularmente denominado como humedal Los Boldos, debido a su cercanía con el sector que lleva el mismo nombre. Y al igual que muchos otros sectores de la misma índole alrededor del Gran Concepción, se encuentra bajo distintas amenazas, por lo que sus habitantes luchan para conservarlo y declararlo humedal urbano.
El lugar sigue siendo nuevo para muchos habitantes de la comuna de Chiguayante, por lo que sus beneficios y actuales riesgos siguen siendo un misterio. Hace unos días detectaron una serie de situaciones que representan un peligro para el ecosistema y para quienes habitan en sus cercanías. Entre los riesgos, están la tala ilegal de árboles, aserraderos clandestinos, sospecha de herbicidas que están matando a la flora del lugar, entre otras.
La presidenta de la Comisión de Medio Ambiente de la municipalidad de Chiguayante y concejala de la misma comuna, Mayerlin Suárez, presentó dos documentos en torno a la protección del cuerpo de agua. Uno de ellos fue un oficio presentado al seremi de Medio Ambiente y de Bienes Nacionales para que dicha entidad pueda realizar fiscalizaciones y solicitando una mesa de trabajo para declarar este espacio como humedal urbano. El segundo informe fue expuesto ante el concejo municipal para solicitar estudios de humedales urbanos y ver los cambios al Plan Regulador Comunal.
Por otro lado, Eduardo Pacheco, seremi de Bienes Nacionales de Biobío, aclaró que “lo que nos dice la Unidad de Catastro es que se trata de un cauce del Río Biobío. No estamos hablando de una propiedad fiscal, sino de una parte del río”. Esto significa que Bienes Nacionales no tiene jurisdicción en el terreno, y quien tiene responsabilidad sobre el espacio natural es la Dirección General de Agua (DGA).
Más allá de las responsabilidades, es de esperar que se puedan tomar las medidas adecuadas para que el cuerpo de agua sea conservado de forma correcta.