Editorial

Que no sean parte del paisaje

Por: Editorial Diario Concepción 08 de Agosto 2022
Fotografía: Archivo/Carolina Echagüe M.

El mismo día en que el Senado voto favorablemente el proyecto de Ley que cambió la actual gobernanza del Parque Pedro del Río Zañartu, en Hualpén, el gobernador regional, Rodrigo Díaz, se refirió a la importancia de cuidar el patrimonio del Biobío. Y no solo eso. También aludió a la necesidad de potenciar ciertos espacios pensando en quienes habitamos la Región y eventuales visitantes. Manifestó, incluso, que teníamos entre manos una “mina de oro”.

Al empezar a enumerar es efectivo que el Biobío tiene espacios de sobra, que podrían ser explotados con fines turísticos. Ese día, la autoridad mencionó, además del Parque, la fabrica Bellavista en Tomé; el Remolcador de Alta Mar (RAM) Poderoso, emplazado en el puerto de Talcahuano; y la central hidroeléctrica Chivilingo, con asentamiento en la comuna de Lota, entre otros.

A todos estos lugares los une una historia rica, de gloria pasada, pero de abandono y, en muchos casos, de insuficientes esfuerzos para su recuperación.No obstante, varios de los ejemplos mencionados igual los une un hecho particular: haber sido afectados por el terremoto y tsunami de febrero de 2010.

La casona que guarda una serie de piezas de colección, que el benefactorPedro del Río Zañartu acumuló en sus viajes por el mundo, fue afectada en su estructura por el fenómeno natural y desde entonces no se ha generado reparación alguna, entendiendo además, que no se trata de una casona cualquiera. Algo similar ocurre en Chivilingo. Ya han pasado 12 años, desde el mencionado desastre natural, y lo particular del caso, es que cuando se cree que el mejor ejemplo de burocracia y (digámoslo) mala gestión es el Puente Bicentenario, resulta que hay muchos más ejemplos de los que uno inicialmente cree.

¿Qué pasó con el edificio que antiguamente albergaba a la Contraloría Regional? Bueno, sigue ahí, y nos recuerda a quienes concurrimos diariamente al centro de Concepción, que la madrugada del 27 de febrero de 2010, la naturaleza despertó. Es probable que los habitantes de Talcahuano piensen de manera similar cuando observar la triste imagen que proyecta su mercado central. ¿Qué pasa en otras comunas?

Probablemente también haya indicios de ese triste momento de nuestra historia. Lo importante, quizás, es decidir si queremos que se transformen en parte del paisaje o si pueden ser un aliciente para cerrar temas inconclusos.

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