Editorial

Las imágenes de la parcelación

El hecho que el Ministerio quiera regular ha sido para muchas voces una restricción total al derecho de todo ciudadano de migrar.

Por: Diario Concepción 24 de Julio 2022
Fotografía: Contexto | Raphael Sierra | Diario Concepción

En su reciente visita a la Región del Biobío, el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, advirtió sobre un problema de alta importancia para su cartera: la concentración de peticiones de parcelaciones en la Ruta a Cabrero y Los Ángeles.

Un evidente “caballito de batallas” que levanta el Gobierno por estos días, donde desde su origen la imagen bien pensada y construida al detalle fue el anuncio del propio ministro escoltado, ante las cámaras de televisión, por todas las jefaturas de servicio que componen el Minagri.

El hecho que el Ministerio quiera regular la parcelación rural ha sido para muchas voces una restricción total al derecho de todo ciudadano a migrar de la ciudad al campo o bien una alteración a la libertad de propiedad.

Ante eso es que el ministro Valenzuela ha sido enfático en decir que el fin de la medida es regular el uso de la tierra, haciendo una clara diferenciación entre el legítimo terreno de cosecha y el de urbanización, donde ahora el Estado pretende exigir condiciones mínimas para aceptar y acreditar esta última categoría.

Chile tiene solo un 15% de tierra para actividad agrícola y no podemos estar destruyendo esta ni el bosque nativo”, dijo el titular de cartera en entrevista con Diario Concepción, una declaración que a todas luces apela a lo técnico, pero también al criterio del cuidado del entorno, cuestión que hay que reconocer que va en total sintonía con las banderas ecológicas que levantó esta administración de Gobierno desde los tiempos de campaña.

Los resultados de esta política pública están por verse en el largo plazo. Lo más probable, eso sí, es que el motor de la velocidad de respuesta llegue desde otros sectores de la sociedad civil como los gremios constructores, inmobiliarias, productores ganaderos, entre otros.

Será ahí el momento en que se verá qué tan fortalecido salga el ministro, al igual que en la imagen de su anuncio y el propio Gobierno. Sobre todo en un momento que, a cuatro meses de su aterrizaje, comienzan poco a poco a controlar la agenda con temas propios y no otros que más bien responden a un control de daños frente a tropiezos o el fuego cruzado de la oposición, la que por meses ha aprovechado también su hasta ahora único “caballito de batalla”: la elección del 4 de septiembre

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