Sobre la Asamblea Regional los convencionales definieron que sería el órgano colegiado de representación regional dotado de potestades normativas, resolutivas y fiscalizadoras.
Desde principios de año se ha generado un debate entre convencionales y consejeros regionales por la aprobación en el órgano constituyente del artículo que crea una “Asamblea Regional”, entidad que reemplazaría al actual Consejo Regional y al parecer tendría más atribuciones. Sobre la Asamblea Regional, los convencionales definieron que sería el órgano colegiado de representación regional que, en conformidad a la nueva Constitución, estaría dotado de potestades normativas, resolutivas y fiscalizadoras.
Entre sus atribuciones, podría fiscalizar los actos del Gobierno Regional de acuerdo con el procedimiento establecido en el Estatuto Regional, así como los actos de la administración regional. Solicitar al Gobernador o Gobernadora Regional rendir cuenta sobre su participación en el Consejo de Gobernaciones.
También, en caso de materializarse, debería aprobar, modificar o rechazar el Presupuesto Regional, el Plan de Desarrollo Regional y los Planes de Ordenamiento Territorial. Aprobar, a propuesta del Gobernador o Gobernadora Regional y previa ratificación del Consejo Territorial, la creación de empresas públicas regionales o la participación en empresas regionales.
Además, ejercer la potestad reglamentaria de ejecución de ley cuando esta lo encomiende y dictar los demás reglamentos en materias de competencia de la región autónoma.
Dictar las normas regionales que hagan aplicables las leyes de acuerdo regional, iniciar el trámite legislativo ante el Consejo Territorial en materias de interés regional. Solicitar al Congreso la transferencia de la potestad legislativa en materias de interés de la Región Autónoma respectiva, en conformidad a la ley.
“Profundizar los procesos de descentralización en nuestro país es lo correcto, pero no es correcto eliminar un cuerpo colegiado como son los consejos regionales”, ha dicho Marcelo Carrasco, presidente de la Asociación Nacional de Consejeros Regionales (ANCORE).
Lo más llamativo es la potestad normativa territorial del nuevo órgano regional, cualidad que lo convertiría en una especie de “2.0”, respecto del actual. Sin embargo, para los consejeros regionales eso no se traduce en una profundización de la descentralización. Al contrario, el dilema para ellos es evidente.