Los datos aportados por el Observatorio Laboral Sence-Universidad del Bío Bío respecto de los problemas de empleo en zonas rurales evidencian una realidad que parece profundizarse y son de preocupación en la Región del Biobío. La baja cantidad y la calidad de las plazas laborales, la menor renta percibida y la postergación para mujeres y pueblos originarios son lo habitual en comunas rurales, lo que las hace entrar en la vulnerabilidad y pobreza.
Desde la entidad, detallan que, a nivel de comunas, en la región del Biobío, Alto Biobío, Florida y Tirúa son los territorios de mayor pobreza multidimensional con 60.7%, 37,8% y 34,9% respectivamente.
Se plantea que revertir lo que se observa demanda una política nacional que exige mejorar la conectividad digital, invertir en infraestructura -caminos, embalses, canales de riego, estimular mayor presencia de capital humano, facilitar el acceso al crédito a pequeñas y medianas empresas y mejorar el acceso a los mercados internos de distribución. Se mencionan como causas de la difícil situación a el cambio climático, la escasez hídrica y el aumento de temperaturas y de fenómenos climáticos extremos. A lo que se suma, principalmente en Alto Bío Bío y Tirúa, la violencia rural. Información a considerar para delinear políticas de solución en esta materia son, por ejemplo, que uno de cada diez ocupados en Biobío se encuentra en zonas rurales. Estos a su vez, perciben ingresos inferiores a los 3 ocupados en zonas urbanas ($205.462 menos).A lo anterior, se suma que la informalidad en zonas rurales es mayor a las áreas urbanas (39% 5 del total de ocupados tiene un empleo informal).
Esa nueva ruralidad también ha permitido visibilizar actores que en el contexto rural han sido postergados, como las mujeres y los pueblos originarios. Por otro lado, los alcaldes de las comunas que aparecen con mayor pobreza multidimensional, apuntan a una mayor intervención del Estado, acusan abandono y falta de políticas públicas que quiebre la pobreza endémica, vinculada también a la mala empleabilidad. Se apunta a potenciar iniciativas ligadas al turismo rural lo que permite diversificar actividades productivas, ingresos y, también, hacer partícipe a sectores más postergados o inactivos de la población rural, como las mujeres y pueblos originarios. También, por supuesto, eliminar la violencia rural en Arauco y Alto Bío Bío es clave.