Según los resultados de un estudio dado a conocer esta semana, un 70% de la inflación en Chile se explica por factores externos al país.
La inflación sigue como un tema que preocupa no solo a las autoridades monetarias y financieras del país, sino que a millones de chilenas y chilenos que a diario constatan el alza de precios iniciado en 2021. De hecho, la proyección del Banco Mundial indica que la inflación mundial continuará al alza hasta 2024. En Chile, el IPC registra más del triple de la meta del Banco Central para este año. El incremento inflacionario dejó de ser un fantasma para convertirse en una dura realidad y por ello el Central inició una seguidilla de incrementos en la Tasa de Política Monetaria, buscando así ralentizar el consumo.
Los analistas han destacado una y otra vez los motivos del aumento del costo de vida: la mayor liquidez y consumo como resultado de los retiros de las AFP, el Ingreso Familiar de Emergencia, bonos del Gobierno y la reactivación económica generada por el desconfinamiento. Problemas logísticos, falta de stock y un dólar más caro también son parte del problema.
Sin embargo, al menos hay una buena noticia en términos macroeconómicos: según los resultados de un estudio dado a conocer esta semana, un 70% de la inflación en Chile se explica por factores externos al país. Precio del petróleo, alimentos importados, materias primas, entre otros indicadores, son los mayores responsables por el alza inflacionario. Eso significa que no se trata de un problema estructural de la economía chilena y, pese a los conocidos problemas internos, entrega algo de certidumbre económica saber que no está exclusivamente en Chile la causa – o las causas – del incremento persistente de precios. Hay deudas y tareas internas, por cierto, pero el país está en situación incluso mejor que algunas economías más desarrolladas.
Lo anterior no sirve como consuelo para bajos niveles de crecimiento, quiebra de empresas, destrucción de empleos y menor recaudación tributaria. Esa es la realidad no solo en Chile, sino que en varias economías del mundo. Con la pandemia hubo merma en ingresos y pérdida de empleos, para luego una aceleración mayor de la esperada con el consecuente aumento de precios y del costo del dinero. Está más que claro que la pandemia no fue superada, tampoco los efectos en la economía. También es clarísimo que los gobiernos deben actuar para hacer frente a posibles amenazas, actuales y futuras, derivadas del escenario nacional e internacional.