Editorial

La actividad económica es humana, permeable a percepciones

Esa constatación es clave para el análisis del rumbo socioeconómico de una nación. En simples, el funcionamiento aparentemente inhumano de los mercados y de la actividad económica puede ser una política institucionalizada.

Por: Editorial Diario Concepción 05 de Mayo 2022
Fotografía: Pexels

Los acontecimientos en la Bolsa de Valores de Nueva York dieron vuelta al mundo y lanzaron otro recordatorio sobre cómo funciona la economía, tanto la economía “real” como la que existe solamente a través de computadores. Según la información oficial, un error humano en Nueva York causó drásticas caídas en bolsas europeas. Es decir, un error de un empleado del banco Citigroup habría causado drásticas caídas en los índices de varias bolsas europeas.

Una fuente de Citigroup reconoció que uno de sus corredores “cometió un error a la hora de imputar una transacción”, pero añadió que “en cuestión de minutos identificamos el error y lo corregimos”.

La explicación es tan prosaica como el supuesto error: el error asumido por Citigroup es llamado con frecuencia “fat finger error” (error del dedo grueso), es decir, cuando un corredor de bolsa aprieta el botón equivocado y produce un efecto contrario al previsto. El error del corredor produjo el efecto llamado “flash crash”, definida como una brusca caída seguida de una recuperación igualmente brusca. El “flash crash” no tuvo repercusiones más graves por ser un día festivo en muchos países europeos y, por ende, hubo menor actividad bursátil ese día.

Los mercados y los gobiernos, sin embargo, saben con la experiencia que la tecla equivocada puede no ser fruto de un error, sino que una acción intencionada. Hay abundantes ejemplos de ello, como también del “spoofing”, que consiste en que un agente de bolsa pone miles de acciones en venta y cancela la operación o la cambia minutos antes de su ejecución. En el proceso, obtuvo beneficios millonarios. Estas prácticas fueron detectadas y hoy constituyen un delito.

Todos estos casos no hacen más que recordar que la actividad económica es humana, permeable a acciones y percepciones humanas. Esa constatación es clave para el análisis del rumbo socioeconómico de una nación. En simples, el funcionamiento aparentemente inhumano de los mercados y de la actividad económica puede ser una política institucionalizada. Entonces, el humanismo que debe inspirar el pensamiento y la conducta en la definición de políticas socioeconómicas debería llevar a la eliminación del abismo que separa a los pueblos avanzados que viven en la abundancia y los pobres que a penas sobreviven.

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