Editorial

De salud mental y calidad de vida

Los problemas de salud mental son más que meras patologías individuales y deben ser objetos de políticas públicas. Se requiere tratamiento, como también prevención, atención y resiliencia.

Por: Editorial Diario Concepción 18 de Abril 2022
Fotografía: Temática

Definitivamente es una tema que requiere la máxima atención: cifras recientes del Termómetro de la Salud Mental en Chile que en 2021 elaboró la Universidad Católica (UC) y la Achs indican que el 23,6% de chilenos y chilenas presenta sospechas o problemas de salud mental. La delicada situación de la salud mental es de larga data y en su momento llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a ubicar a Chile entre las naciones con mayor carga de morbilidad por patologías mentales o psiquiátricas, lideradas la depresión y el alcoholismo. Históricamente, la prevalencia de la depresión y la ansiedad en Chile se ubicaban en torno al 10% de la población. Con la pandemia, la cifra se multiplicó por cinco.

El deterioro en salud mental, en pandemia, llevó a empresas, centros educacionales y otras organizaciones a incorporar el asunto en sus organizaciones. Conceptos de salud mental y problemas de salud mental pasaron a tener mayor espacio y presencia en los espacios públicos, pero no necesariamente se abordó el tema en la búsqueda de soluciones. De hecho, la gravedad del asunto no guarda relación con los recursos destinados para abordarlo. En la Ley de Presupuestos 2022 hubo nulo incremento en el financiamiento en esta materia, situación que refleja uno de nuestros grandes problemas como sociedad. La OMS establece que el monto mínimo para ese ítem debe ser de al menos un 6% del presupuesto global de Salud, pero en Chile los recursos alcanzan el 2,2%.

Si bien el presupuesto para salud mental no aumenta, sí se incrementa la tasa anual de suicidios, las cifras de violencia intrafamiliar y de licencias médicas como resultado de episodios de ansiedad, depresión y estrés. Cuadros de insomnio, falta de concentración, entre otros síntomas, aumentaron a raíz del confinamiento y la distancia social, problemas económicos, sobrecarga laboral y la incertidumbre generada por la pandemia. Lo mas probable es que estos problemas sigan presentes al día de hoy.

Es decir, los problemas de salud mental son más que meras patologías individuales y deben ser objetos de políticas públicas. Se requiere tratamiento, como también prevención, atención y resiliencia. Es clave promover la calidad de vida en los ámbitos familiar, comunitario e institucional.

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