Editorial

Los desafíos de la agricultura

Los Acuerdos de Producción Limpia han permitido aumentar los ingresos a miles de hogares en Chile a través de la agricultura familiar. La producción agrícola no puede estar disociada del cuidado del medio ambiente y del cambio climático.

Por: Editorial Diario Concepción 05 de Febrero 2022
Fotografía: Archivo/Diario Concepción

El aumento de la pobreza en Chile fue anticipado. Informes de distintas organizaciones y centros de estudio vaticinaron que la Covid-19 traería graves consecuencias en materia de ingresos de los hogares, situación que debería afectar con fuerza a las familias más vulnerables. Desde la agricultura, ese panorama sombrío también fue advertido. De hecho, un informe global de la FAO — agencia de las Naciones Unidas que lidera el esfuerzo internacional para poner fin al hambre — anticipó la crisis en América Latina y el Caribe, y recordó los desafíos para el sector agrícola.

Los informes y los especialistas en la materia sostienen que solo será posible vencer estos desafíos con una agricultura inclusiva, sostenible, baja en emisiones, próspera y resiliente al cambio climático. Ello requerirá de inversiones por parte del Estado, pero también del aporte por parte de los privados. Es decir, el mundo luego de la llegada del coronavirus requiere inversiones y proyectos que generen beneficios socioeconómicos, ambientales y climáticos. Estas tres variables son necesarias y cualquier solución que no apunte a entregar una respuesta triple, no tendrá permanencia en el tiempo.

Existen ejemplos, en efecto, de prácticas orientadas a transformar la agricultura en una actividad sostenible sin afectar la productividad ni la rentabilidad. Todo lo contrario: son prácticas que expanden las oportunidades de desarrollo económico y social.

Los Acuerdos de Producción Limpia han permitido aumentar los ingresos a miles de hogares en Chile a través de la agricultura familiar. La colaboración de ese modelo familiar ha logrado reducir el uso de energía, los contaminantes, residuos y uso de plaguicidas, además de mejorar el uso del agua y el suelo.

La transformación de la agricultura a constituye una inversión de alto retorno social, revelan los informes. Según la FAO, tras la crisis de 2009-2010, “la evidencia mostró que, por cada millón de dólares invertidos en la restauración de ecosistemas, se crearon 10 veces más empleos que con inversiones similares en el sector del carbón o nuclear”.

Es decir, la eficiencia económica y productividad de la agricultura no puede estar disociada del cuidado del medio ambiente y de los efectos climáticos.

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