Editorial

Sobre el comercio informal

El comercio ambulante se ha convertido en un fenómeno social en todas las ciudades, puesto que representa la única fuente de ingreso para muchas familias. Pero el comercio ilegal de productos importados en las veredas de los centros urbanos está lejos de ser una actividad precaria y desprotegida.

Por: Editorial Diario Concepción 10 de Diciembre 2021
Fotografía: Raphael Sierra P.

Se acerca Navidad y se pone de relieve el avance del comercio ambulante para ocupar los espacios públicos en los centros de las más pobladas comunas de la Región. Como todos los años, los medios muestran los obstáculos que se generan para la libre circulación, las veredas atochadas y los reclamos de los comerciantes establecidos. Hace tres meses, por ocasión de las Fiestas Patrias y a raíz de nuevos problemas en la zona céntrica de la capital penquista, autoridades municipales declararon que la zona céntrica “se encuentra desbordada” por el exceso de ambulantes. Lo más seguro es que el escenario de la capital regional no haya cambiado con la llegada de diciembre.

Es una situación compleja y de difícil solución. En el caso de la capital diversas acciones fueron realizadas por la municipalidad penquista para impedir el comercio ilegal. Desde medidas para localizar a los proveedores a multas al público que adquiera productos en la calle, iniciativas que luego fueron replicadas en otras ciudades chilenas, pero con relativo éxito.

El comercio ambulante se ha convertido en un fenómeno social en todas las ciudades, puesto que representa la única fuente de ingreso para muchas familias. En pandemia miles de nuevos negocios, formales e informales, salieron a la luz. Pero no sería correcto olvidar que el comercio ilegal es controlado por organizaciones que funcionan de manera profesional y con eficiente logística. Estas organizaciones se fortalecen con altas ganancias obtenidas sin pagar impuestos ni permisos ni garantías por los productos que ofrecen. En ese escenario de incertidumbres ambulantes fueron sorprendidos utilizando credenciales con un timbre no autorizado por la Municipalidad de Concepción.

Las fuertes campañas edilicias para controlar esa situación han sido acompañadas de búsqueda de soluciones, habilitando sitios para comercialización, mayores regulaciones y control más severo de permisos para los comerciantes. Ocurre que el comercio ilegal de productos importados en las veredas de los centros urbanos está lejos de ser una actividad precaria y desprotegida. De hecho, las autoridades han informado en reiteradas ocasiones sobre locales mayoristas que abastecen a los comerciantes ambulantes. Un tema recurrente en la agenda pública y que no tiene una solución mágica.

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