La cooperación internacional y de las instituciones multilaterales serán decisivas para lograr una recuperación inclusiva, equitativa, en una economía que refuerce las protecciones sociales y apoye a las empresas sostenibles.
A menos que abordemos en forma específica las desigualdades que se agudizaron durante la pandemia, “existe un riesgo real de que las consecuencias económicas y sociales causen cicatrices a largo plazo”. Esa es la reflexión de Guy Ryder, director general de la Organización Interncional del Trabajo (OIT), en el documento “Llamamiento Mundial a la Acción” en el que se recomiendan medidas para la recuperación económica de los países. Se propone que los gobiernos intensifiquen los esfuerzos y las políticas públicas para la “creación de una recuperación que sea inclusiva, sostenible y resiliente”, puesto que “esta resolución ofrece un camino claro y completo que permitirá a los países convertir en acciones concretas la aspiración moral y política de no dejar a nadie atrás”.
El “Llamamiento Mundial a la Acción” fue firmado pordelegados que representan a los gobiernos, trabajadores y empleadores de 181 países y fue adoptado por unanimidad. Además de las recomendaciones de políticas públicas, el documento expresa un diagnóstico de los efectos de la pandemia con una visión general de los 181 países. Entre las conclusiones está la confirmación de que la Covid-19 no solo ha provocado daños a la salud de millones y la trágica pérdida de vidas humanas, sino que también ha tenido consecuencias devastadoras, tales como aumento del desempleo, el subempleo y la inactividad, pérdidas de ingresos para trabajadores y empresas, cierres y quiebras, interrupciones de las cadenas de suministro, mayor informalidad e inseguridad laboral, aumento de la pobreza y las desigualdades económicas y sociales. En un panorama de mayor vulnerabilidad mundial, los más perjudicados fueron precisamente los que ya estaban en condiciones de vulnerabilidad antes de la pandemia. Personas que trabajan en la economía informal, minorías y personas con discapacidad están en ese grupo.
El mundo laboral tendrá que enfrentar grandes desafíos de adaptación a una realidad pos-Covid-19. La cooperación internacional y de las instituciones multilaterales serán decisivas para lograr una recuperación inclusiva, equitativa, en una economía que refuerce las protecciones sociales y apoye a las empresas sostenibles.