Editorial

Debate serio e informado sobre el sistema de pensiones en Chile

No todas las personas pueden trabajar hasta los 103 años, como Parra; o hasta los 92, como Maturana. La muestra tiene un sesgo que condiciona el resultado.

Por: Editorial Diario Concepción 13 de Mayo 2021
Fotografía: Cedida

Las declaraciones de la presidenta de la Asociación de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), Alejandra Cox, definitivamente, no aportan al debate serio e informado sobre el sistema de pensiones en Chile. Para defender la extensión de la vida laboral y el aumento en la edad para las jubilaciones, la presidenta del gremio entregó como ejemplos a conocidas personalidades del escenario nacional. “Hablamos de un gran Nicanor Parra, que trabajó hasta los 103 años; Michelle Bachelet que está trabajando hasta hoy; Ricardo Lagos; Humberto Maturana, a quien acabamos de perder”, dijo la economista.

Hay una alta probabilidad de que los personajes mencionados no sean estadísticamente representativos de la mayoría de la población chilena. Es decir, la muestra tiene un sesgo que condiciona el resultado que Fox pretende demostrar. En lugar de entregar una fotografía de la realidad, lo que se obtiene no es más que una ilusión.

No todas las personas pueden trabajar hasta los 103 años, como Parra; o hasta los 92, como Maturana. Un muestreo más adecuado debería incluir a un minero que ha pasado más de 20 años en las minas carboníferas de Lota, a las algueras de Coliumo y a pescadores del borde costero de Biobío que tienen la piel reseca por años de exposición al sol. Será difícil demostrar que estos tres representantes podrían trabajar hasta que cumplan cien años de vida. Sería una burla tal comparación.

La ciudadanía está de acuerdo en realizar ajustes al sistema previsonal. La discusión está vigente debido al creciente número de personas que se jubilan con aspiraciones insatisfechas. La diferencia en el debate, sin embargo, está en el cómo se realizarían los ajustes necesarios. Alejandra Cox propone aumentar la edad para las jubilaciones. No hay evidencia conocida que demuestre, por ejemplo, que jubilarse a los 70 años, en lugar de los actuales 65, solucione el problema de las bajas pensiones. En simples, una reforma al sistema de pensiones implicará en profundos cambios que no serán asimilados por la ciudadanía con estereotipos y argumentos de dudosa validad. Mejorar la tasa de remplazo en Chile, con una ética del bien común, ese es el desafío y cuyo debate debe estar centrado, en forma seria y responsable, en dar soluciones a un problema social largamente denunciado.

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