Editorial

Autoridades en cohabitación, más allá del espacio físico

Por: Diario Concepción 20 de Abril 2021
Fotografía: Raphael Sierra P.

La idea de que el futuro delegado presidencial se instale en el edificio del Gobierno Regional (Gore), específicamente el espacio que hoy ocupa el intendente, en desmedro del gobernador regional, ha generado una serie de cuestionamientos de quienes defienden el proceso de descentralización, pero también de los funcionarios que acusan como los espacios se están tornando cada vez más estrechos.

No obstante, la polémica vuelve a recordar un hecho que en momentos que se discutía la Ley de Fortalecimiento de las Regiones, fue advertido por regionalistas y algunos parlamentarios, la cohabitación de dos autoridades. Algunos, más osados, incluso, dijeron que se estaba generando un monstruo de dos cabezas.

No se trata sólo del espacio físico donde cada autoridad desarrollará sus labores, sino también de la convivencia diaria que, probablemente, estará atravesada por desavenencias, que podrían repercutir en decisiones importantes para la Región. No hay que olvidar la eventual, y muchas veces presente, lucha de egos entre quien contará con la confianza del Presidente o Presidenta, y quien tendrá sobre sus hombros la responsabilidad de representar al electorado del territorio (contará con una votación similar a la de un senador).

Según la legislación vigente, el gobernador o gobernadora regional además de ser órgano ejecutivo del Gore y presidir el Consejo Regional (Core), deberá “coordinarse con los demás órganos y servicios públicos. Le corresponde también la coordinación, supervigilancia o fiscalización de los servicios públicos que dependen o se relacionan con el Gobierno Regional”. Además, debe asignar recursos de los programas de inversión del Gore, y los que sean fruto del traspaso de competencias.

Al delegado “le corresponderá la coordinación, supervigilancia o fiscalización de los servicios públicos creados por ley para el cumplimiento de las funciones administrativas que operen en la Región”, que dependan o se relacionen con el Presidente a través de un Ministerio.

Pero, ¿qué pasará cuando haya focos de conflicto en los cuáles la ley no establece responsabilidad alguna? El tema ya ha sido abordado por el Parlamento, a través de la denominada “ley corta”. El problema es que, más allá de las críticas, el texto sigue descansando en el Congreso a la espera de su aprobación y posterior promulgación, ojalá antes del julio de este año.

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