Editorial

No quieren ser héroes, ni heroínas

Estos seres humanos detrás de los resultados no desean ser ni héroes ni heroínas, aunque se arriesgan todos los días. Sólo piden apoyo a su labor, y responsabilidad de autoridades y de la ciudadanía para controlar los contagios.

Por: Editorial Diario Concepción 09 de Abril 2021
Fotografía: Agustín Escobar.

Qué duda cabe sobre los méritos del personal de la salud. Sobre la decisiva labor de los que se arriesgan a diario al enfrentarse al coronavirus. Hay un reconocimiento transversal de la sociedad hacia los que están en la línea de frente de la pandemia, y ello cobra especial sentido en una emergencia sanitaria que ha puesto en evidencia algunas fragilidades del sistema de salud. El incremento de los contagios trajo nuevos significados a palabras como cansancio y agotamiento para profesionales que ya estaban curtidos en jornadas con alta demanda de atención, procedimientos complejos y cuidados intensivos.

El compromiso y enorme esfuerzo del personal dedicado a combatir la Covid-19 fue recordado el miércoles 7 al celebrarse el Día Mundial de la Salud. Este 2021 se conmemora la fecha bajo el lema “Construir un mundo más justo, equitativo y saludable”, y en celebraciones y reconocimientos realizados en todo el planeta se hizo un justo agradecimiento a quienes se dedican a salvar vidas. Son médicos, enfermeros, enfermeras y técnicos que no solicitaron aplausos ni reconocimientos y que muchas veces son considerados héroes y heroínas.

En realidad, son personas de carne y hueso. Que piden mayor responsabilidad de la ciudadanía en tiempos en que los contagios están por sobre las capacidades de atención. Son personas que tienen familias, y que también se han contagiado dada su labor cercana al virus que ha barrido el mundo. Que viven expuestas a condiciones agobiantes, incluso en situaciones en que son impelidos a improvisar y a tomar decisiones difíciles frente a la escasez de productos médicos y equipos de protección personal. Que han aceptado jornadas más extensas y mayores cargas de trabajo para cuidar de pacientes que, por medidas sanitarias para evitar nuevos contagios, no pueden contar con el apoyo de sus familias en los hospitales. Hay casos de profesionales con jornadas laborales de 16 horas, en una interminable lucha contra un enemigo invisible y despiadado.

Chile ha tenido un buen sistema de salud pública, y se ha celebrado la gestión de recursos, de infraestructura y tecnología en el combate a los efectos de la Covid-19. Pero sin equipos humanos de calidad, buenos resultados no serían posibles. Estos seres humanos detrás de los resultados no desean ser ni héroes ni heroínas, aunque se arriesgan todos los días. Sólo piden apoyo a su labor, y responsabilidad de autoridades y de la ciudadanía para controlar los contagios.

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