Biobío lleva más de 13 años trabajando para consolidar la capacidad regional para convertirse en la principal puerta de entrada y salida comercial de la Macrozona Sur de Chile.
La idea no es nueva: en 2006 la empresa china Yutong deslizó la posibilidad de instalarse en Biobío para convertir a la región en una zona franca. Pero el proyecto no prosperó y Yutong se fue para otras latitudes. En marzo de 2019 se supo de las intenciones de Sichuan SME Services Promotion, que supuestamente tendría interés de instalarse en Talcahuano si Biobío se convirtiera en una zona franca.
Diario Concepción publicó una serie de reportajes sobre esa posibilidad, que al final no resultó en iniciativas reales por parte de la firma china.
La Región de Aysén tomó el asunto muy en serio. En 2018 se creó la Mesa Técnica de la Zona Franca de Aysén, donde se establecieron distintos objetivos, como el desarrollo de un estudio de prefactibilidad. Luego de un extenso trabajo entre distintos actores de Aysén, se elaboró un informe que “considera la estructura productiva; el contexto demográfico y económico; su potencial de desarrollo, la cuantificación económica del proyecto; las áreas económicas que podrían beneficiarse con la instalación de la Zona Franca de Aysén, identificando las sinergias y las oportunidades para los sectores productivos”, detalla el artículo publicado por este medio en la edición del domingo 15. El informe estima que la ZFA podría alcanzar ventas de hasta US$ 80 millones anuales para los primeros diez años del proyecto.
El impulso de Aysén por ampliar sus capacidades para el comercio exterior señala una ruta. Biobío tiene gran potencial y capacidades instaladas para convertirse en la puerta de comercio exterior desde Maule hasta Los Lagos. Según las autoridades locales, se estima que US$ 3 mil millones en exportaciones podrían salir por Biobío en vez de Valparaíso.
De hecho, Biobío lleva más de 13 años trabajando en esa línea con la creación de la Mesa Comex, una iniciativa que no ha contado con recursos públicos y que está orientada a ampliar y consolidar las posibilidades regionales para convertirse de hecho en la principal puerta de entrada y salida comercial del Sur. Para ello se trabaja en la simplificación de los procesos de exportación, alineando servicios públicos, y buscando soluciones a las barreras técnicas regionales. Con esa larga experiencia, que incluso ha sido “exportada” para otras regiones del país, Biobío puede dar el salto. Solo falta aunar voluntades, recursos y experiencias hacia una visión compartida. Aysén lo está haciendo.