Editorial

La prevención entre los servidores públicos

Las autoridades y direcciones de los servicios tienen la atribución de fomentar una visión de cuidado y prevención de riesgo de contagio. Las palabras convencen, pero el ejemplo arrastra, reza el dicho.

Por: Editorial Diario Concepción 25 de Septiembre 2020
Fotografía: Servicio de Salud Concepción

El caso del gobernador de la provincia de Concepción, Julio Anativia, llama la atención para una realidad: las posibilidades de contagio para funcionarios y funcionarias del Estado que están desempeñándose en actividades presenciales. Muchas de ellas con atención a la ciudadanía, lo que aumenta el riesgo de transmisión del coronavirus.

El caso del gobernador llegó a tribunales, dado que la autoridad habría participado de las fiscalizaciones del 18’ estando Anativia con Covid-19. De ser verdad, sería un particular caso en que una autoridad portadora del virus estaría fiscalizando a otras personas para saber si tienen o no el coronavirus.

Considerando que parte de la función pública debe desarrollarse en terreno, en atención a la ciudadanía y en la entrega de servicios, en muchas ocasiones estas labores deben ser realizadas de manera presencial. Es por ello que en medio de la pandemia se han desarrollado protocolos para los servidores públicos y se ha requerido el reintegro de los funcionarios e funcionarias, en especial entre aquellos que ejercen funciones de atención directa a la ciudadanía.

Para materializar ese reintegro, fue elaborado un conjunto de directrices y recomendaciones para un adecuado regreso de la planta de servidores públicos, y estas directrices deben ser observadas. En la Región del Bío Bío se han conocido algunos casos de vulneraciones a estos protocolos, tanto en el ejercicio de las labores propias de los organismos estatales como en actividades de camaradería entre los funcionarios y funcionarias. Para las celebraciones de Fiestas Patrias, no siempre fueron respetadas las recomendaciones de distanciamiento y de uso de elementos de protección personal. Ello quebranta el objetivo central de proteger eficazmente la integridad de funcionarias y funcionarios.

Las autoridades y direcciones de los servicios tienen la atribución de fomentar una visión de cuidado y prevención de riesgo de contagio. No basta con entregar mascarillas, alcohol gel, guantes, y asegurar la limpieza e higiene del lugar del trabajo. Es decisivo promover medidas individuales en funcionarios y funcionarias, gestionar las reuniones de trabajo y de camaradería en concordancia con los protocolos de seguridad y, sobre todo, predicar con buena conducta. Las palabras convencen, pero el ejemplo arrastra, reza el dicho.

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