Debe haber certezas en torno a los números de la enfermedad, para saber a qué nos enfrentamos, y cuánto tiempo más perdurará este estado de emergencia.
En tiempos de pandemia como los que transcurren, es decir, donde convivimos con un virus que se sigue investigando y del cual todavía no se conoce una posible vacuna, es importante que exista claridad en quienes son los llamados a entregar información veraz a la ciudadanía. Y, este es el punto, es particular la cantidad de errores no forzados (como diría un fanático del tenis) que han cometido nuestras autoridades. Junto con destacar la loable labor que realizan día a día los funcionarios de cada repartición de Salud, también es preocupante la falta de certezas, pues genera incertidumbre y desconcierto en las personas, en quienes deben cumplir, justamente, con los lineamientos entregados por dichas autoridades.
La reciente entrega de datos por parte del Ministerio de Salud y que en Bío Bío generó el curioso efecto de contabilizar dos fallecidos menos (de 13 a 11 víctimas fatales), debe, al menos, ponernos en alerta. Ello, porque en una vereda nos podemos encontrar con declaraciones desafortunadas, que hablan de juntarse con amigos a comer empanadas o beber café o cerveza, y finalmente, decidir cruzar la calle.
No obstante, cuando en medio de nuestro transitar los obstáculos son cifras y números que no cuadran, no podemos “hacer vista gorda” de lo acontecido, como un portero petrificado viendo el balón clavarse en una esquina, tras la impecable ejecución de un tiro libre (como diría un fanático del fútbol). En una disciplina exacta, donde hay números de por medio, alguien está entregando información errada y son las mismas autoridades encargadas las responsables de rectificar los datos eventualmente inexactos, siempre teniendo en cuenta aquella máxima que se dice: “quien explica se complica”.
Algo similar, aunque guardando todas las proporciones, ocurrió con los dineros con los cuales los gobiernos regionales compraron cajas de alimentos para ir en ayuda de los más necesitados. ¿Quién pagó la factura? Hasta hoy las respuestas son variadas y hay quienes han manifestado que lo importante es llegar con la ayuda. Sin desmerecer lo último, también es importante tener claridad sobre quién pone los recursos, por transparencia. De la misma forma debe haber certezas en torno a los números de la enfermedad, para saber a qué nos enfrentamos y cuánto tiempo más perdurará este estado de emergencia.