Una sociedad motivada es más eficiente y fuerte para defenderse en la pandemia que una población inducida por el temor y la coerción. Es una reflexión oportuna en Chile.
La pandemia generada por el coronavirus ha exigido una serie de cambios y adaptaciones en materia sanitaria, económica y de comportamiento social. Además, ha levantado muchos cuestionamientos sobre el futuro, los desafíos y oportunidades tras este intenso período.
Una de las voces más escuchadas del momento es la de Yuval Noah Harari, autor de los best sellers Sapiens y Homo Deus. Harari ha reflexionado sobre el rol de la libertad humana en medio a las restricciones desencadenadas por la pandemia. “A finales de este año, viviremos en un mundo nuevo. Espero que sea un mundo mejor”, dijo el historiador y profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén en una reciente entrevista a un medio nacional.
Y tal como se ha visto en todo el mundo, el futuro no está predeterminado, dice el intelectual, puesto que “tenemos muchas opciones en esta crisis”, y no hay una ruta única de cómo manejar la epidemia y sus efectos. En los próximos meses, advierte, ciudadanos y gobiernos tendrán que tomar decisiones muy importantes “que cambiarán el mundo completamente”. Harari opina que los gobiernos están haciendo grandes experimentos sociales, que involucran el teletrabajo y la entrega de muchos beneficios sociales. “Esto va a cambiar el mundo”, garantiza.
Sobre el rol de Estado, el intelectual asevera: “Es importante no solamente seguir las noticias sobre la pandemia, sino que también observar lo que ocurre en la esfera política”.
Es decir, la pandemia agudiza la importancia de las decisiones del Estado y de la sociedad en general. La autoridad debe entonces, en un ambiente de libertad, invertir en la educación para disminuir el impacto de la Covid-19. Una sociedad motivada es más eficiente y fuerte para defenderse en la pandemia que una población inducida por el temor y la coerción. Si hay que convencer a la ciudadanía de lavarse las manos, una posibilidad es colocar cámaras, vigilancia, policías. Otra elección es alertar y educar a la sociedad sobre los peligros del virus, las enfermedades que se generan y las recomendaciones para evitar el contagio.
Es una reflexión oportuna en Chile, que se enfrenta a decisiones importantes sobre cómo hacer frente al escenario de coronavirus y sus múltiples efectos.