Editorial

El sentido común de la densificación urbana

Actúa, por una parte el interés económico del sector inmobiliario y, por otra, el de los ciudadanos que buscan proteger el patrimonio urbano, la calidad de vida y el medio ambiente, por lo cual es indispensable la búsqueda de consensos entre ambos sectores para hacer una mejor ciudad.

Por: Editorial Diario Concepción 14 de Septiembre 2019
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Las juntas de vecinos y no pocos propietarios en nuestra ciudad están en estado de alerta, ante un escenario de construcciones de gran altura, con todos los permisos correspondientes y bajo el amparo de una ley que a lo mejor habría que revisar. Un escenario de paisaje desaparecido de las ventanas, de sol oculto, de pérdida de privacidad, entre otras numerosas consideraciones que sumadas dejarían la calidad de vida, de quienes experimentan estos cambios, muy por debajo de la que tenían.

El tema está en pleno debate en Concepción, ante la nueva modificación al plan regulador en que el municipio propone alturas de cinco a 18 pisos como máximo en las edificaciones, ideas que serán sometidas al escrutinio popular a fines de octubre, para sopesar las externalidades que generan estas edificaciones, que suman, a las ya aludidas, congestión vehicular, saturación de sistemas de alcantarillado y extensos conos de sombra.

Las decisiones que de allí emerjan, ya que las opiniones de los vecinos no son vinculantes, son de la responsabilidad de quienes en la actualidad se encuentran en las posiciones directivas, los responsables últimos de hacer una ciudad que muchos de ellos no tendrán la posibilidad de ver. Aún así, con la responsabilidad de actuar para el bien común, con visión de alargado futuro, no precisamente para el bien inmediato de las rentabilidades empresariales, por muy justas que estas sean, ya que hay un valor claramente superior y más trascendente.

Los argumentos planteados en el último conversatorio, “Densificación Equilibrada para el Gran Concepción” merecen una seria consideración, ya que este equilibrio es posible si se contempla el uso eficiente de la infraestructura pública, la equidad social, la relación armónica de las construcciones y el espacio público y la cohesión urbana.

La primera dificultad para el análisis de este problema, es que según algunos expertos, no existe una verdad técnica sobre densidad equilibrada, pues actúa por una parte el interés económico del sector inmobiliario y, por otra, el de los ciudadanos que buscan proteger el patrimonio urbano, la calidad de vida y el medio ambiente, por lo cual es indispensable la búsqueda de consensos entre ambos sectores para hacer una mejor ciudad.

Conseguir ese consenso no parece fácil, porque ambos actores de la polémica, tienen sus propios intereses y objetivos, muchos de los cuales no pueden encontrar una conciliación, el concepto de bien común, entonces, no es necesariamente el mismo en las respectivas argumentaciones o, por lo menos, no con igual valoración.

Ante una situación como esa, hay que partir con una propuesta que tenga componentes técnicos que interactúen con los criterios de los ciudadanos y las empresas inmobiliarias, como un plan regulador, con proyección de futuro para la mejor ciudad posible. La densificación tiene espacios posibles, Concepción presenta extensas superficies ruinosas u obsoletas, sectores enteros que están vacíos, en pleno centro y muchas manzanas precarias en el radio cercano, lugares en los cuales la altura de los edificios puede ser menor y donde sea posible pensar en la creación de nuevos espacios públicos y áreas verdes.

Es un desafío que las autoridades actuales y las que les sucedan tienen que enfrentar con mentalidad visionaria, el legado que les puede hacer merecedores del justo reconocimiento de la historia urbana.

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