Editorial

Ambigüedades frente al consumo escolar de marihuana

Salvo alusiones a la libertad de los adultos chilenos , no se ha observado ninguna declaración oficial desde el Ministerio de Salud, advirtiendo de los matices del consumo de marihuana por los escolares, en porcentajes alarmantes.

Por: Editorial Diario Concepción 03 de Julio 2019
Fotografía: Agencia UNO

El delicado asunto del consumo de drogas, en lo que a la marihuana se refiriere, sigue estando en el área de lo debatible, el Parlamento continúa reteniendo la decisión relativa a su uso, trepidando ante la posibilidad de concluir de manera lesiva a sus intereses políticos, ya que por el momento no parece haber otros motivos. El caballo de batalla parece ser el eventual efecto terapéutico de esta droga.

A falta de reacción oficial, se puede observar la enorme diversidad de productos que se encuentran a la venta, conteniendo marihuana, que tienen como único límite la capacidad de imaginarlos. Si se observa la generosa distribución de esta droga en todos los formatos posibles, se podría pensar en el hallazgo definitivo de la panacea, la piedra filosofal para los males del hombre.

Hace pocos días, a través de un comunicado, el Colegio Médico de Chile manifestó su rechazo a recetar marihuana con fin medicinal, asegurando que “no poseemos respaldo científico para hacerlo con seguridad ni para saber qué dosis y concentración recetamos”. La institución también añade que proponen trabajar en conjunto con las Sociedades Científicas y el Ministerio de Salud, en un plan para cubrir efectivamente la necesidad de las personas con epilepsia refractaria y otras enfermedades neurológicas, “basándose en las medidas terapéuticas que sabemos que son efectivas y seguras”.

El Colegio Médico también propone trabajar en conjunto con Senda y el Minsal, en la elaboración de mejores medidas de regulación y control “de modo de proteger del consumo de esta sustancia a poblaciones vulnerables”, además de “políticas de prevención efectivas”, manifestando su disposición a trabajar sobre cualquier proyecto de ley o intervención en esta materia, sobre la base de  medidas que han probado ser más costo-efectivas, en el ánimo de  velar por la salud de la población.

No se han demorado los propulsores del consumo libre de marihuana en atacar a los médicos por esta declaración, como lo harán contra cualquiera persona o institución que tenga al respecto una posición de advertencia ante las obvias implicancias negativas, los argumentos son los de siempre, los aspectos eventualmente benéficos, sin hacer la menor distinción entre los diferentes principios activos de la droga y menos sobre sus respectivos niveles de riesgo.

Salvo alusiones a la libertad de los adultos chilenos para hacer lo que les plazca con sus vidas, no se ha observado ninguna declaración oficial desde el Ministerio de Salud, advirtiendo de los matices de esta forma de consumo, no ha expresado una política formal con respecto al consumo de marihuana por los escolares en porcentajes alarmantes, no hay instructivos ni reglamentos para proceder en los colegios, salvo la voluntad de la dirección de las instituciones, que no todas las veces encuentran apoyo en padres y apoderados, confundidos por una información oficial ambigua.

Para desviar la atención sobre los riesgos, lo políticamente correcto es presentarse como adalides del bienestar de los pueblos, enfatizando los poderes terapéuticos de la cannabis, sin mencionar otros aspectos negativos y evitando, en la medida de lo posible, las áreas raras, aquellas de las dudas y  las incertidumbres.

Ante una realidad intranquilizadora de nuestra juventud, liderando el consumo de substancias, parece llegada la hora de determinaciones más transparentes y sinceras

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