Editorial

Unidad de propósito para la integración del transporte regional

La integración de los grandes colectivos regionales se puede obtener solamente si se identifica un proyecto cuyas ventajas sean evidentes y deseables para todos, de tal modo que permita pasar por sobre las coyunturas políticas.

Por: Editorial Diario Concepción 23 de Junio 2019
Fotografía: Sarah Montti D.

El metro de Concepción es una parte, importante parte, pero solo un eslabón de un Sistema Integrado de Transporte que puede cambiar sustantivamente el modo como se trasladan las personas, más la creación de un nuevo espacio impensado como tal en la capital penquista, un proyecto de tal magnitud que requiere la participación sumada de todos los actores directamente e indirectamente involucrados. Puede ser la oportunidad para avanzar en descentralización, frenada, no solo por la indiferencia del poder central, interesado en otras prioridades, sino por la limitada capacidad de la Región para actuar con unidad de propósito.

La integración de los grandes colectivos regionales se puede obtener solamente si se identifica un proyecto cuyas implicancias y ventajas sean evidentes y deseables para todos, de tal modo que permita pasar por sobre las coyunturas políticas y los cambios de ideología de diferentes gobiernos, con una mentalidad a largo plazo que se extienda al umbral de quinto centenario de la urbe penquista.

Las características de transversalidad, que es el soporte indispensable para un proyecto pensado en grande, se cumple a cabalidad en este caso, en un reciente conversatorio en el cual participaron el Core regional, la Cámara de Comercio y Turismo, autoridades universitarias, la Cámara Chilena de la Construcción, municipios, FESUR, empresas, gremios y representantes de diversos colectivos interesados, bajo el auspicio de este medio y Hotel Pettra, se hizo evidente que la idea del Metro, en el contexto descrito al principio, es una realidad pendiente, no se trata de una aspiración ilusa, sino de una auténtica necesidad.

No cabe duda alguna que este conversatorio es solo una de una larga serie de iniciativas de semejante naturaleza para ir exponiendo todos los matices de este significativo y emblemático proyecto, por sus implicancias en la maduración del concepto de descentralización, conocer sus dificultades para superarlas, sus eventuales errores para corregirlos, los impactos en ambiente y personas para reducirlos al mínimo o evitarlos del todo, pero también para saber de sus ventajas, potencialidades y proyecciones, a tal grado que resulte ser, como sus proponentes primeros sugerían, un paso indispensable para el desarrollo de la Región y la ciudad.

El mensaje presidencial último lo ha mencionado como un proyecto a ser estudiado, de la Región depende tomar este impulso como inicial y sucesivo hasta su materialización, responsablemente y con visión de futuro lejano, por encima de las coyunturas políticas y económicas del momento, ya que una obra así cruza la historia de sus actores y se hace realidad con otros testigos.

Progresivamente la ciudadanía se hará cargo que el metro no es sólo un sistema de transporte público sustentable, sino además una palanca para el desarrollo regional, una obra que dinamiza barrios e inyecta plusvalía y renueva importantes sectores de la ciudad. Un urbanista recuerda que en 1990, no existían la Avenida Los Carrera, el Puente Llacolén o las autopistas del Itata y Cabrero. La Costanera Norte no llegaba hasta Hualpén o la Ruta Interportuaria no conectaba el acceso norte con San Vicente y Talcahuano, para reflexionar sobre la importancia de la mirada a largo plazo, ver el Metro, no como un proyecto inmediato, sino como una indispensable iniciativa para un futuro sólo a un par de decenios de distancia.

Etiquetas